Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Caupolicán Barría y la educación medioambiental

E-mail Compartir

Profesor e historiador

La humanidad está sufriendo por el cambio climático graves consecuencias por sus propias acciones y omisiones. Nos enfrentamos quizás al momento de tomar decisiones claves para las generaciones que nos sucederán y es increíble que -visto en perspectiva-, recién en los últimos 10 años, las políticas medioambientales están comenzando a ser consideradas como importantes, pero aún lejos de ser prioritarias.

En la Municipalidad de Puerto Montt hace 8 años se creó un equipo de trabajo dedicado exclusivamente a la Educación Ambiental integrado actualmente por 11 personas: Gustavo Osses, Oriel Cárdenas, Gina Ramírez, Claudia Retamales, Oscar González, Bárbara Santana, Andrea Aravena, Dan Rojas, Eduardo Maturana, Sebastián Villegas y liderado por Caupolicán Barría. El pasado 26 de enero esta Unidad Municipal presentó un libro que reflexiona y comparte la labor realizada, en donde también se efectuó un sentido homenaje a su coordinador, quien ya se prepara para la jubilación.

De alguna manera, toda la historia de vida de Luis Caupolicán Barría Miranda lo preparó para estos últimos 8 años de su vida laboral. Él nació en Ancud en 1954 pero vivió en diferentes lugares de la vasta área de influencia de esa original cultura. Su padre, Luis Barría Bahamonde, nació en Quetalco y fue funcionario público de Tesorería y su madre fue Judit Miranda White, dueña de casa, nacida en Achao. Su infancia y adolescencia transcurrieron entre Ancud y Quemchi, terminando sus estudios de enseñanza media en el Liceo de Ancud, justo en 1973, luego siguió su primera vocación enamorado de los grandes bosques fríos de Chiloé antes de que fueran explotados brutalmente.

Si bien Caupolicán es militante del Partido Radical como su padre, solo ingresó después de haberse titulado como Técnico Universitario Forestal en 1978 en la que fue la Universidad Técnica del Estado (UTE, actual Universidad de Santiago) en su sede de Puerto Montt. Allí compartió curso con Guido Molina -quien dio el nombre al Vivero de Alerce-, con el que se reencontraría mucho tiempo después cuando Caupolicán creara la Unidad de Educación Ambiental del DAEM.

Caupolicán inició su vida laboral en un vivero de la CONAF (Corporación Nacional Forestal) cerca de Quemchi, después trabajó en el control de los planes de manejo forestal en las ciudades de Ancud y Osorno, pero las reducciones de personal durante el Gobierno Militar llevaron a que perdiera su trabajo. Esa circunstancia compleja lo llevó a 'reinventarse' -capacidad especial que le permitiría materializar muchos de sus sueños-, a través de la creación de la ONG "Estudios Agrarios Ancud Limitada" en 1984, junto a otros colegas técnicos, donde pudieron aprender de autogestión por cerca de 4 años.

En 1987 emigra a Chaitén -capital de la denominada como 'Chiloé Continental' hasta 1979 -, donde trabajará por 20 años, período que fue clave para reconocer y desarrollar su segunda gran vocación: la educación ambiental. Cuando el Liceo Científico- Humanista 'Italia' de Chaitén se transforma en Liceo Técnico Profesional se creó la especialidad de 'Técnico Forestal', él ganó el concurso para ser el jefe de la carrera por lo que es enviado con otros profesores a la Universidad Austral de Valdivia a perfeccionarse.

Aunque Caupolicán Barría no tiene el título de profesor cuenta con esa vocación: "formé muchas generaciones de alumnos e incluso hoy trabajo con algunos de ellos…la educación es un don muy grande, transmitir conocimiento y experiencias…trabajábamos mucho en terreno y desde ahí nace mi inquietud en educación ambiental".

En 2008 la erupción del desconocido volcán Chaitén obliga a casi toda la ciudad a emigrar, muchos de ellos a Puerto Montt, como Caupolicán.

Durante dos años tuvo apoyo económico del Estado gracias a las leyes especiales de apoyo a Chaitén, pero luego tuvo que 'reinventarse' nuevamente: "elaboré una carpeta con el proyecto de educación ambiental para la municipalidad y en 2013 la jefa de la SEP del DAEM, Alba Maldonado, me dio la oportunidad de ejecutarlo luego de tener el apoyo del Alcalde Gervoy Paredes…"

Desde entonces han pasado 8 años y en ese período han colaborado para que 60 establecimientos municipales hayan logrado obtener un grado de certificación ambiental otorgado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), organizando 8 seminarios y capacitándose también 650 educadores, gracias a lo cual la Municipalidad de Puerto Montt se transformó en una de las líderes a nivel nacional en esta área.

Otro ejemplo de las numerosas acciones realizada por esta unidad es que entre el 2016 y 2020 se plantaron 4.500 m2 de áreas verdes para 11 escuelas, especialmente en Alerce. También se crearon 13 invernaderos y 29 huertos escolares.

Caupolicán agradece especialmente el trabajo del CREA (Comité Regional Ambiental) liderado por Cristina Díaz del MMA, ya que se conformó una gran red de trabajo que ha permitido conseguir muchos de los recursos necesarios. Sin embargo, él destaca algo importante: "casi todo se logró gracias a la gestión, solo teníamos nuestros sueldos y pudimos obtener camionadas de tierra gratis, así como su transporte para hacer lo que hicimos con nuestras propias manos y la de los docentes y estudiantes".

Por ello no es una casualidad que desde 2018 hayan trasladado su oficina a la que fuera la vivienda de su ex compañero de curso Guido Molina (QEPD) en el parque de Alerce, el que transformaron -como él mismo expresó antes de fallecer- en una escuela medioambiental.

En su opinión los desafíos para la Unidad de Educación Ambiental de la Municipalidad de Puerto Montt son grandes: a pesar de que crearon el programa 'Recicla en tu escuela' por el que transformaron 14,2 toneladas, ello solo representa el 0,022 de la basura producida. Por otro lado, "…los docentes no cuentan en su formación inicial con esta perspectiva…por lo que queremos que la 'Política Comunal de Educación Ambiental' sea parte del 100% de los Proyectos Educativos Institucionales y de los Planes de Mejoramiento Educativo".

A sus 67 años de edad, Caupolicán Barría está preparando su jubilación a través del fortalecimiento del equipo de personas con las que trabaja. Ha obtenido grandes logros profesionales, a pesar de que desde hace 15 años debe dializarse 3 veces a la semana por una insuficiencia renal, esa energía de 'don Caupo' como lo llaman, parece inagotable, pero ya llega el tiempo de que pueda disfrutar más con su señora Rosa Subiabre Ruiz, profesora jubilada como jefe de UTP de la Escuela Kimun Lawal, sus dos hijos y una nieta de seis años.

Claro que desde ya está soñando con una nueva 'reinvención' quizás a través de una Fundación de Educación Ambiental que le permita seguir compartiendo su experiencia como buen chilote amante de los bosques de su infancia.