Enero, el peor registro de decesos
El primer mes del año dejó una dolorosa huella de muertes en la región, un recordatorio de lo fatal que es el covid-19. Si en este período de vacaciones se vuelve a repetir el relajo en el autocuidado, lo más probable es que aumenten otra vez los contagios.
Por más que el proceso de vacunación esté en marcha (aunque con signos ya de cierta turbiedad por la falta de rigurosidad de los municipios), de cuando en cuando la pandemia insiste en recordarle al país que está muy presente y que si no se toman los recaudos, el riesgo de contagios y la letalidad asociada se mantienen a la vuelta de la esquina. En el caso de la Región de Los Lagos, tal afirmación se vuelve muy cierta al señalar que enero de este año fue el peor mes en cuanto al registro de mortalidad desde que el covid-19 se instaló en el territorio nacional, en marzo del año pasado. El primer mes de 2021 dejó una estela de 171 decesos en la región, superando la marca anterior que ostentaba noviembre de 2020, con 80 fallecimientos, y representando el 32,2% del reporte total de víctimas fatales que ha provocado el virus en esta parte de Chile.
Si a enero se le agregan los decesos de febrero, que ya superan los 70, se tiene una cifra muy inquietante de fallecimientos de 2021, considerando que el balance del año pasado arrojó 274 pérdidas de vidas humanas. A juicio de las autoridades sanitarias y de los expertos, tales números son la triste constatación de la persistencia de la pandemia y de la obligación de la población por ceñirse de manera estricta a las medidas de autocuidado que están a su alcance, y que son el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos.
Si bien todavía es prematuro llegar a conclusiones tajantes sobre la alta mortalidad que se está viviendo durante este verano por culpa del virus, es imposible no recordar cierto relajo que se vivió en el país a propósito de las fiestas de fin de año. Indefectiblemente, tal comportamiento iba a redundar en un incremento de los contagios (como ocurrió de manera efectiva, y que obligó a decretar cuarentena en varias ciudades de Los Lagos), y a la saturación de la red asistencial. Con las vacaciones a media marcha que hay ahora, existe una posibilidad evidente de un nuevo relajamiento en los cuidados que pudiera derivar en otro aumento de infecciones y, por lo tanto, de fallecimientos. Razón de sobra para que la población comprenda que no hay nada ganado mientras no se dé por derrotada a la pandemia.