Correo
Fallo por ataque a la Catedral
Sin duda el fallo de la Corte de Apelaciones de Puerto Montt marca un precedente al ratificar la condena a un joven autor del delito consumado de daños, hurto e incendio frustrado contra la Catedral de la ciudad. Aun lamentando de corazón el destino optado por la persona en cuestión, debo decir que desde el Código de Hammurabi, sancionar a quien dañó a un prójimo sin causa justificada es una expresión de anhelada justicia, y no podemos menos que valorar el que en Puerto Montt se haga justicia, de manera coherente con un mensaje que tantas veces hemos oído exclamar: "¡No a la impunidad!".
Sin embargo, ¿cuántos son los crímenes que suman las acciones de los grupos anárquicos, violentos, antisistema, ocurridos a partir del 18 de octubre de 2019 que han quedado impunes, con miles de víctimas inocentes, sin reparación alguna, y sin siquiera ser investigados? Desconozco una cifra, quizás el daño social, económico, moral y patrimonial resulte inconmensurable.
El Estado de Derecho es un elemento fundamental de la civilización, y no cabe duda de que Chile retrocede en ello por causas como ésta: la violencia no paga sus consecuencias. Hoy, de manera surrealista se alzan voces de parlamentarios proponiendo la impunidad de los violentos, o promoviendo inhibir la acción de Carabineros ante el delito, lo que da para tomarnos la cabeza y preguntarnos: ¿a qué situación quieren llevarnos estas autoridades?
Dada la coyuntura crítica en que nos encontramos como país desde hace meses, es que se necesita de nuestras autoridades todas, líderes sociales, ciudadanía, prensa y de la institucionalidad en general, haciendo causa común a fin de no permitir que una minoría violenta siga atentando contra la paz y la prosperidad, tampoco contra nuestros símbolos culturales e históricos más preciados, patrimonio común de nuestra chilenidad. Pedirlo es decir no a la impunidad. Lograrlo significará alcanzar un Chile más justo.
Ricardo Hernández P.
Vacunación y acuerdos
En las últimas dos semanas se han escuchados elogios al Gobierno por la eficiente y exitosa campaña de vacunación contra el covid 19, que nos pone como líderes mundiales en el tema. Estos elogios, sorpresivamente, provienen de diversos sectores de la sociedad y de la política, dando cuenta de que sí se pueden hacer bien las cosas, incluso en temas de extrema complejidad, y recibir reconocimiento transversal.
Ahora bien, ¿cuánto más se podría haber hecho bien en este gobierno si no hubiera existido la permanente obstrucción legislativa de la oposición en el Parlamento y si no hubiera existido la escalada de violencia irracional que partió en octubre de 2019? Chile se merece que un gobierno elegido por amplia mayoría pueda gobernar. No hay que olvidar que el costo de no hacer bien las cosas lo pagan principalmente los pobres y la clase media del país.
Andrés Fuentes Belmar
Inmigración en Calbuco
Haciendo un breve relato histórico de nuestra realidad relativo a la inmigración alemana en Calbuco, la más numerosa, es importante señalar que todos quienes fijaron residencia en la comuna fueron pequeños empresarios que trabajaron en comercio y pequeña industria conservera de mariscos y pescados, donde se desarrollaron con plena incorporación social junto a sus trabajadores, con quienes compartieron y sudaron la camiseta para una integración plena de trabajo y amistad que perdura hasta hoy.
Al margen de otras zonas, aquí no hubo abuso en usurpación de territorios indígenas, toda vez que su fuerte fue la industrialización, al margen de un personaje que arrebató y usurpó pequeños minifundios con total impunidad, llegando a poseer un fundo de 700 hectáreas tapado de bosque nativo, mañío, coigüe, canelo, tepa, etc., de lo cual quedan hoy nefastos recuerdos de abuso y atropello ilegal que se adjudica a un chileno de triste memoria para huilliches de la zona.
El anclaje migrante de la época funcionó en torno a dos patriarcas alemanes, Jorge Ditzel y Antonio Kappes, cuya descendencia languidece con el tiempo.
Francisco Cofré Silva
Pérez, Rubilar y Panguipulli
La presidenta de RD (Revolución Democrática), diputada Catalina Pérez, expresó que, dados los hechos de Panguipulli (es de suponer criticando al carabinero por no huir), es imposible no quemarlo todo, pero no precisó donde tenía sus bienes para dar la partida.
Por otra parte, los contribuyentes estamos "quemando" unos 20 millones de pesos al mes pagando a esa diputada y a sus nueve asesores.
La ministra de Desarrollo Social (Karla Rubilar) declaró, supuestamente a raíz del comentado caso Panguipulli: "Hay que refundar Carabineros". La diputada Pérez no lo habría hecho mejor.
José Luis Hernández