Joven de Futaleufú salta cascada de 35 metros en kayak y bate récord chileno
HAZAÑA. David Esteban Toro Cuminao, de 21 años, se preparó durante un año antes de viajar hasta la comuna de Panguipulli para conseguir la proeza en el Salto El Puma, del río Fuy.
Hace más de un año, en una de sus prácticas de kayak extremo en los caudalosos ríos de Futaleufú, David Esteban Toro Cuminao vislumbró el desafío que lo llevaría a la cúspide en la práctica de ese deporte.
Los 35 metros del salto El Puma del río Fuy, ubicado en la comuna de Panguipulli, Región de Los Ríos, no habían sido superados por ningún chileno, debido a su complejidad. Sólo un puñado de los mejores kayakistas del mundo -principalmente del team Redbull- habían conseguido la hazaña.
Deportista
David tiene 21 años. Nació en Bariloche, Argentina, pero desde muy pequeño -a los 3 años- se radicó en el campo, a 25 kilómetros de Futaleufú junto a su familia, por lo que se considera oriundo de esa parte de la provincia de Palena.
Cada verano, al menos antes de la pandemia, veía llegar a muchos deportistas extranjeros en busca de los desafiantes parajes y cauces de la zona, reconocidos a nivel mundial para la práctica del kayak y otros deportes extremos y de aventura.
David siempre fue un aficionado a los deportes y mostraba talento. De niño practicaba fútbol, handball y mountain bike, donde obtuvo buenos resultados y realizó algunos viajes. Pero fue a los 15 años cuando dio su "primer salto". Una "buena familia de acá de la zona", a su decir, le regaló su primer kayak. "Empecé a entrenar solo, de hecho mirando videos en YouTube de cómo sacar los primeros trucos, el roll que es el giro y poco a poco remando", cuenta David.
En uno de esos veranos y ya inmerso en la práctica del kayak, conoció a los "gringos" que llegaban. "Me vieron y me siguieron ayudando y así empecé a aprender más de kayak y a mejorar. Luego empecé a viajar por Chile, yendo a Pucón principalmente. Ahí conocí mucha gente de río y empecé a entrenar duro", asegura.
Un año
La preparación para enfrentarse a El Puma se extendió por un año. Sin embargo, David aclara que su entrenamiento físico ha sido desde el día uno en que comenzó su carrera en el kayak. "Siempre estuve entrenando físicamente para metas grandes", confiesa. Sus ejercicios incluyen correr y hacer abdominales y flexiones en su casa. "No tengo un personal trainer que me podría decir esto estás haciendo bien, esto mal. Es mucha motivación personal no más", asegura.
La pandemia por covid fue un factor presente en la preparación del viaje al río Fuy. Debido a las restricciones sanitarias, David viajó sólo junto a su hermana en un largo itinerario de dos días. "Queríamos evitar aglomeraciones, porque yo acá (en Futaleufú) estoy en contacto con mis abuelitos, entonces quisimos reducir al máximo los riesgos de contagio", explica. Además, por el covid se redujo la cantidad de cámaras que podrían haber estado presentes en el salto y "faltó más gente abajo flotando para la seguridad. No fue irresponsable, fue seguridad justa, pero siempre es bueno sobrar en eso en un desafío como este", comenta.
La aventura fue financiada íntegramente por el propio deportista, a través de su trabajo como mueblista en madera y guía de rafting. En tanto, el equipo de cámaras viajó desde Santiago, "por amistad, todo fue por amor al arte", aclara el deportista.
Y llegó el día
El jueves 21 de enero fue la jornada elegida para concretar el desafío. En el lugar estuvo acompañado por amigos de Pucón, Neltume, Huilo Huilo que trabajan en el río Fuy como guías de rafting.
David ingresó muy concentrado al cauce entre 30 y 40 metros antes de la cascada. Remó a través de las difíciles olas hasta el borde de la pendiente y allí aparecieron ante sus ojos, los 35 metros que tardó sólo 2 segundos en recorrer por el aire.
"Uno entrena para detener el tiempo y controlar cada milésima, cada movimiento durante la caída hasta llegar abajo", expresa.
Cumplido su sueño de domar a El Puma del río Fuy, David proyecta batir su récord en el extranjero. Pero requiere apoyo. "Ojalá aparezcan sponsor para seguir mejorando y así lograr viajar", manifiesta el joven a este Diario.
15 años tenía David cuando le regalaron su primer kayak.
21 de enero fue el día de la hazaña.