Muertes por el covid-19
El triste récord alcanzado por la región el jueves pasado, con 19 fallecimientos en un solo día, debe servir de alerta para comprender el peligro de la enfermedad. El coronavirus, en personas con enfermedades de base, representa un grave para la salud. Tantos ellos como sus cercanos deben cuidarse.
Demostrando el inquietante avance que ha experimentado la pandemia en la Región de Los Lagos en las últimas semanas, el reporte entregado por la autoridad sanitaria el jueves pasado dio cuenta del récord absoluto que se registró en cuanto a decesos producto del covid-19, con un total de 19 fallecidos, tres de ellos de 30, 32 y 46 años, lo que además confirma que no sólo los adultos mayores están sufriendo las peores consecuencias del virus que tiene en jaque a la humanidad. En la división territorial, nueve de las muertes corresponden a víctimas de Puerto Montt, cinco a Osorno, dos a Calbuco, dos a Maullín y una a Ancud, todas comunas con una alta prevalencia de casos nuevos de covid-19.
Estos decesos, además, se han producido en una semana en que la red asistencial regional ha estado tensionada al máximo producto del aumento de los pacientes con coronavirus. Aunque la autoridad sanitaria había logrado en los días previos aumentar el número de camas críticas en las unidades de cuidados intensivos de hospitales y clínicas, la escalada de casos ya había reducido el margen la disponibilidad de ellas, con apenas cuatro en toda la red asistencial.
La mortalidad del virus es un asunto muy serio. Basta ver los indicadores que hay en la región, desde que comenzó la pandemia, en marzo pasado, para notar que el registro es constante y que contagiarse del virus, teniendo enfermedades de base, es en extremo peligroso. Si la curva de contagios no se logra detener, cada vez estará más cerca el temido día del colapso en los centros asistenciales y el dilema de la "última cama".
Por cierto, hay una manera de evitar este oscuro escenario. La receta es disminuir la demanda en hospitales y clínicas a través del freno a los contagios, y para ello, lo de siempre: el uso de mascarillas, el distanciamiento social y el lavado frecuente de manos. Esa es la barrera más eficiente para evitar los contagios y, por sobre todo, no poner en riesgo la salud propia ni la de los cercanos. Los 19 decesos del jueves deben ser una voz de alerta para todos.