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Inteligencia artificial

Neuroderechos, la ley que puede poner a Chile en la vanguardia mundial

INICIATIVA. El Congreso discute desde el 2019 un proyecto que busca proteger la integridad mental ante los avances de la neurociencia. De aprobarse, sería la primera norma en la materia a nivel internacional.
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Efe

Chile podría ser pionero en el mundo al ser el primer país en contar con una legislación que regule los neuroderechos. De hecho ya lo es, al tener en discusión en el Congreso un proyecto destinado a afrontar los riesgos que suponen los avances tecnológicos en el campo de inteligencia artificial y la neurociencia, una iniciativa que miran con interés desde académicos, pasando por organismos internacionales, hasta grandes compañías tecnológicas.

En diciembre el Senado aprobó por unanimidad la idea de legislar la iniciativa, que ahora debe discutirse y votarse en particular. Actualmente se encuentra en la comisión Desafíos del Futuro de la cámara alta, y se espera que sea votada en marzo, al regreso del receso legislativo de verano.

El origen del proyecto data de 2019, cuando un grupo de senadores de distintas tendencias políticas ingresó el texto, basándose en las recomendaciones del neurobiólogo español Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia (EE. UU.) y portavoz del Grupo Morningside, un colectivo de académicos que recorre el mundo advirtiendo a los gobiernos sobre la necesidad de proteger este tipo de derechos.

La necesidad de poner límites éticos, según los expertos, dice relación con que las innovaciones en este ámbito ya son una realidad, o al menos se están fraguando en los principales polos de desarrollo tecnológico. Un casco con luz infrarroja que escribe los pensamientos, gafas o cintillos que interfieren en la actividad neuronal o un cerebro híbrido entre máquina y humano, son dispositivos que parecen sacados de una película de ciencia ficción, pero que ya se están desarrollando en Silicon Valley por ejemplo.

Para el neurocientífico de la Universidad de Chile Pedro Maldonado, el riesgo subyace en que estas tecnologías permitirían examinar la actividad cerebral sin consentimiento e incluso modificar la mente para alterar la manera en que las personas somos o pensamos.

"Hablamos de intervenir lo más intrínseco del ser humano, la mente, por lo que deberíamos poner urgencia en protegerla y que sea considerado como un derecho humano más", agregó Maldonado, que estima que se tardará alrededor de una década en poder alterar el cerebro de forma no invasiva.

Derechos consagrados

Uno de los impulsores de la iniciativa es el senador Guido Guirardi, quien además preside la Comisión Desafíos del Futuro del Senado. El legislador explicó a la agencia de noticias Efe que el proyecto recoge cinco principios básicos: el derecho a la privacidad mental, a la identidad personal, al libre albedrío de pensamiento, al acceso equitativo a las tecnologías que aumenten las capacidades humanas y a la protección contra sesgos y discriminación.

"Los neurodatos a día de hoy son el objeto de deseo neoliberal y hay que evitar la vulnerabilidad y el riesgo que supone que estén expuestos y sin protección", señala Girardi.

Además del proyecto de ley, la apuesta de los legisladores también contempla una reforma constitucional que define por primera vez la identidad mental como un derecho que no es manipulable y que se podrá intervenir solo por motivos científicos o de salud. Dicha reforma también fue aprobada en general y luego enviada a la Comisión Desafíos del Futuro, para su discusión en particular.

Dd.hh.

La directora de la Academia de la Ciencia de Chile, Cecilia Hidalgo, aseguró que "más allá de tratar de ubicar a Chile como un país pionero en materia de neuroderechos, lo importante es trabajar para que estos se contemplen a nivel mundial" y que sean incorporados incluso a la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.

"La ciencia es un arma de doble filo: puede ser algo muy beneficioso pero al mismo tiempo algo destructivo, por eso la discusión ética debe preceder a los avances tecnológicos que podrían convertirse en una gran amenaza", añadió.

5 principios básicos recoge el proyecto: derecho a privacidad mental, a identidad personal, al libre albedrío de pensamiento, acceso equitativo a tecnologías y protección contra sesgos.

Joe Biden recibe propuesta de regulación

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La discusión en el Senado chileno va por delante incluso de Estados Unidos, donde el Grupo Morningside presentó un proyecto la pasada semana al entorno del presidente electo Joe Biden. "Estamos entrando por fin en un periodo de la historia en que podemos adentrarnos en la mente humana y eso nos acerca peligrosamente a perder nuestra privacidad mental", asegura el español Rafael Yuste, vocero del grupo, El neurobiólogo añade que el punto de inflexión fue el salto en 2020 de las grandes empresas tecnológicas como Facebook, IBM o Neuralink al desarrollo de "métodos no invasivos para alterar cognitivamente la mente humana", algo que hasta ahora solo se podía hacer a través de operaciones quirúrgicas con fines médicos.

Chile cerró en 2020 su década más cálida desde que se tienen registros

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Chile registró en los últimos diez años su temperatura media más alta desde 1961, cuando se comenzaron los registros, y 2020 está dentro de los diez años más secos desde 1981, según informó ayer el Gobierno.

"El cambio climático llegó y es una realidad. Tenemos que trabajar con urgencia y con obligación para adaptarnos a sus riesgos", afirmó la ministra de Medioambiente, Carolina Schmidt.

Según los últimos datos de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), el cambio climático ha provocado un incremento de 0,14 grados por década en los últimos 60 años.

El 2020 se ubica como el tercer año más caluroso de la década, después de 2015 y 2016, con una temperatura media continental de 13,6 grados y una máxima promedio de 20,2 grados, la segunda mayor desde que se miden estos datos.

"Ya estamos inmersos en este problema mundial llamada calentamiento global y sus consecuencias impactarán sobre el medioambiente, pero también sobre nuestra propia salud", alertó Claudia Villarroel, jefa de Cambio Climático de la DMC.

El aumento de las temperaturas, detalló, podrían atraer nuevas plagas como el dengue -prácticamente inexistentes en Chile-, incrementar el riesgo de insolación para los trabajadores al aire libre e incluso ser perjudicial para personas con problemas cardiovasculares.

Además, aumenta el riesgo de incendios, lo que se traduce en un aumento de la deforestación y la desertización del planeta, agregó la experta.

Catorce años de sequía

El año pasado está también dentro de los 10 más secos desde 1981, con un déficit nacional de lluvias de 12%, siendo las regiones centrales más afectadas, donde se supera el 36 %, explicó la institución.

Chile suma así 14 años consecutivos de sequía, con una tendencia nacional de una caída del 7% de las precipitaciones por década, advirtió la DMC.

La crisis hídrica de Chile podría, según académicos y expertos, reducir los recursos de agua en 50% antes de 2060, especialmente en el norte y centro de país, donde miles de habitantes reciben agua diariamente gracias a camiones aljibes.

Organizaciones como Greenpeace dicen que el modelo de gestión de agua, no considerado como un bien público y no priorizado para consumo humano -al contrario de lo que pide Naciones Unidas-, ha agravado la crisis hídrica, la peor en seis décadas.

Chile es uno de los países con el mayor nivel de privatización del agua del mundo: se calcula que hoy en día el 80% de los recursos hídricos del país están en manos privadas, principalmente de empresas agrícolas, mineras y de energía.

0,14 grados por década en los últimos 60 años ha subido la temperatura en el país por los efectos del cambio climático.