Nueva cuarentena: no repetir errores
En las manos de la comunidad de Puerto Montt y de la autoridad está el lograr que el segundo confinamiento arroje rápidos resultados. Es urgente reducir la movilidad y así frenar los contagios. Lo que se está viviendo ahora en la red asistencial es muy complejo.
Apenas 37 días alcanzará a estar libre del régimen de cuarentena la ciudad de Puerto Montt, la que debido al explosivo aumento de contagios tendrá que volver a confinarse mañana, aunque esta vez, según se desprende de los informes epidemiológicos y de las declaraciones de las autoridades sanitarias, con un panorama bastante más complejo en cuanto a la expansión del covid-19 dentro de la población y a las dificultades de la red asistencial para absorber tal demanda de pacientes. Los 131 días de la primera cuarentena a la que se sometió la capital regional, entre el 29 de julio y el 6 de noviembre, acarreó severas consecuencias en la actividad comercial y una más que dudosa disminución del ritmo de contagios, pues desde noviembre mismo comenzó a verificarse un incremento de casos que llegó hace poco a batir todos los récords de nuevos contagios y casos activos.
Aquel primer confinamiento por el que pasó Puerto Montt, uno de los más prolongados que ha habido en el país, debiese haber dejado contundentes lecciones de las que tanto la autoridad como la propia comunidad deberían tomar nota a partir de mañana. Si bien la reducción de movilidad en las dos primeras semanas fue bastante evidente, con el tiempo se fue produciendo un relajo de las personas, que entre la necesidad de trabajar y de realizar sus compras fueron flexibilizando sus salidas, mientras que la propia autoridad descuidó sus labores fiscalizadoras. Al final, el primer confinamiento se fue desdibujando de tal forma que perdió todo propósito.
Para que esta segunda cuarentena consiga sus objetivos, que son bajar la movilidad y, por ende, reducir la posibilidad de contagios, es ineludible que la comunidad comprenda la magnitud del problema que se está viviendo en hospitales y clínicas, con el riesgo serio de enfermarse y morir; y que la autoridad se tome en serio su responsabilidad fiscalizadora. De otro modo, Puerto Montt irá nuevamente transitando a un encierro inconducente y extenso que, además de mantener el peligro del virus, aumentará la crisis que se vive en el comercio.