Marcelo Galindo
Problemas depresivos en medio de la cuarentena que regía a Los Muermos sufría Paulina Barría Soto (17 años), quien se suicidó cerca del domicilio en el que residía en el sector rural La Pampina.
Fue el fiscal jefe del Ministerio Público de Maullín y Los Muermos, Naín Lamas, quien se refirió a este caso, el que por más de una semana mantuvo a la comunidad expectante, tras el intenso rastreo hecho para ubicar a la joven estudiante de cuarto medio, cuyo rastro se perdió el 30 de octubre, siendo hallada sin vida el sábado 7 de noviembre.
En diálogo con El Llanquihue, el persecutor penal se mostró muy preocupado por el acoso, vía redes sociales, al que se han visto enfrentadas la abuela y la madre de la niña. Ambas hoy son asistidas por la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía.
Indagatoria
Lamas recordó que durante los días en que era buscada la niña, carabineros del OS9 entrevistaron testigos y levantaron evidencia en su casa, entre ella, una tableta, un teléfono y sus cuadernos. Además, también se revisó su tráfico en internet, donde aparecían búsquedas relativas al suicidio.
-¿Qué se encontró en el celular de Paulina?
-El teléfono de la joven fue revisado por los oficiales del OS 9. Ahí aparecían menciones expresas de la propia joven, en conversaciones con amigas y amigos, en el sentido de que estaba pasando por una profunda depresión. Ello no es interpretación de la policía y menos de este fiscal, son las palabras que la joven Paulina escribía en WhatsApp.
Ella señala que pasaba por una profunda depresión, principalmente porque no sabía que hacer con su futuro. Incluso pensaba en trabajar.
Paulina vivía en un sector rural. En época normal asistía al Liceo Punta de Rieles, en Los Muermos. Y este año, producto de la pandemia, perdió todo el nexo que significa para una niña de una zona rural concurrir a un liceo, por lo que tuvo que permanecer en el campo.
-¿Qué mensajes puntuales recuerda en el teléfono de la niña?
-Por ejemplo, señalaba que distinta sería su situación si ella fuera hombre, porque podría haber trabajado. Recuerdo bien expresiones como: "No sé qué mierda hacer con mi vida"; "no siento que tenga futuro"; "soy una inútil" o "nunca aprenderé algo".
Días antes de desaparecer dice algo muy llamativo: "Me estoy rindiendo", señala.
-¿Qué piensa del acoso que sufren familiares de Paulina?
-Por un lado, la indagatoria está abierta. Sin embargo, uno de los motivos principales que me motivan a aceptar esta entrevista es porque la propia abuela de la niña, quien estaba a cargo de su crianza desde pequeña, me admitió que hoy no sólo tiene que lidiar con la muerte de quien ella sentía como su propia hija, sino que además con todos los comentarios e incluso ataques que se le hacen por redes sociales.
La última vez que hablé con la abuela de Paulina ese era uno de los principales problemas que me planteaba. Me decía de qué manera la gente puede saber lo que realmente hay, porque hay mucha especulación y desinformación.
Suicidio
-¿Qué aspectos se consideraron en esta investigación?
-Cuando hay una persona desaparecida, hay varias alternativas: primero, que haya desaparecido con la intervención de terceros. Segundo, que haya desaparecido por su propia voluntad. Y dentro de esta hay dos posibilidades: que haya abandonado la casa o que haya tomado una determinación contra su vida. Nunca un fiscal se va a cerrar a ninguna posibilidad, mientras no se agote toda la investigación. Hoy hay evidencia que nos orienta en una línea, en cuanto que la joven tomó una drástica determinación. De hecho, cuando ella desaparece, lo hace con su pantalón, su polera, botas de goma, un teléfono (el de la pareja de su abuela) y el lazo con el que trasladaba los bueyes. Sabíamos que el lazo no fue hallado en el lugar cuando ella desaparece.
600 360 7777 es el número de Salud Responde, plataforma gratuita que, entre otras cosas, da asistencia en teáticas relativas al suicidio.
17 años tenía Paulina Barría. Estuvo durante una semana desaparecida en Los Muermos. Fue hallada sin vida el 7 de noviembre.