Secuelas en la salud mental
La larga cuarentena a la que se ha sometido a los puertomontinos está dejando consecuencias significativas en la población de las que hay que tomar nota. Angustia, ansiedad y estrés son los episodios más comunes a los que los especialistas llaman a poner en atención entre las personas.
Tristemente, los puertomontinos están teniendo que afrontar la llegada de los escasos días de sol de que pueden gozar al año con severas restricciones para circular por la vía pública. Mientras en otras ciudades ya se ha iniciado un tibio y programado proceso de desescalada, en la capital regional de Los Lagos se han impuesto en los últimos días nuevas restricciones sanitarias, entre ellas, el inicio del toque de queda a las 20 horas, con el propósito -según las autoridades- de reducir la movilidad y los cluster de contagio intradomiciliario que se han registrado. Tanto esta medida como la exigencia de portar los contratos laborales para quienes tienen permisos especiales, pero en particular la prolongación de la cuarentena sin mayores novedades acerca de su fecha de término, han provocado un creciente hastío en la comunidad, expresada ya en protestas ciudadanas.
Este difícil momento por el que están pasando los puertomontinos, mucho más que en el resto del país, constituye un terreno fértil para el surgimiento de dolencias de salud mental, como lo han advertido los especialistas. Mientras la población local ha asistido por estos días a los procesos de apertura de otras ciudades en el país, e incluso a discursos de autoridades que no se hacen cargo de quienes todavía están sometidos a confinamiento, en Puerto Montt persisten las limitaciones de circulación, en un entorno, por lo demás, marcado por una crisis económica que está sepultando emprendimientos y puestos de empleo.
Es ineludible que las autoridades de salud empiecen a tomar nota del potencial aumento de consultas sicológicas de quienes están presentando episodios de angustia, ansiedad y estrés, todo alimentado por la incertidumbre de una pandemia que al menos en la capital de Los Lagos, parece no querer retroceder. A las consecuencias económicas que está dejando el extenso confinamiento que partió el 29 de julio, han de agregarse también las secuelas sicológicas en una población que ya entrado el año y con más días de sol, debe continuar encerrada en su casa por necesidades de salud pública.