Una de piratas
"Puerto Varas está lleno de chapulines y los invasores no contaron con su astucia ni su capacidad organizativa"
Me contaron una de vaqueros, pero que podría ser también de alienígenas. Todo empezó con una declaración de guerra a un peligroso enemigo extranjero, que se internó en el país y logró movilizar millones de personas, hace un año. De que los tipos eran eficaces, lo eran. Más eficaces que los cowboy de los Spaguetti Western, de Clint Eastwood.
Lo curioso es que hasta el día de hoy no se ha podido encontrar a ninguno de esos bandidos. Aunque hay pistas de que se alojaron en los mejores hoteles de Frutillar para tomar por asalto a Puerto Varas, cosa que no pudieron hacer porque Puerto Varas está lleno de chapulines y los invasores no contaron con su astucia ni su capacidad organizativa.
Luego -junto a la pandemia-, comenzaron las de terror, que coincidieron con un llamado a retirar fondos de las AFP, lo que significaría el derrumbe de la nación, la caída de todas las bolsas y la aniquilación de nuestra forma civilizada de vida, ésa que en Europa los ingleses miran con tanta envidia.
Era el desastre mismo. Para desilusión de quienes gustamos del terror y las emociones fuertes, todo siguió igual, ni siquiera nos transformamos en país bananero.
Finalmente, en esta especie de rotativo (como los que hacía el antiguo cine Rex de Puerto Montt), había una exclusivamente de vaqueros, donde se suponía que balas iban y balas venían, por la opción de cambiar o no cambiar un librito Constituido hace 40 años, que alcanzaba ya la fama de Marcial Lafuente Estefanía. Si se optaba por escribirlo de nuevo, hordas de salvajes primitivos, armados con lanzas y punzones, destrozarían de un sólo golpe este lindo país esquina con vista al mar, incomprendido ejemplo de quienes no han sabido luchar contra el comunismo y la pandemia .
Y ocurrió que mientras esperábamos a terroristas de a pie, los marcianos llegaron ya. De los cientos de guerrilleros que nos invadieron hace un año y que pensaban el domingo pasado darle el tiro de gracia a este ejemplar país, no se supo y no se sabe nada hasta hoy. Muy desilusionado, prefiero que alguien me cuente una de piratas.
Jorge Loncón, escritor