La paciencia
"¿Cómo hacer mientras esperamos la llegada de la nueva normalidad?"
Han transcurrido varios meses de convivir con el covid-19. La percepción que tenemos del tiempo, de las nuevas medidas que se anuncian con relación a las cuarentenas, los constantes cambios de humor y el cúmulo de emociones a las cuales nos vemos enfrentados cada día, nos siguen generando miedo e incertidumbre.
Son tiempos de esperar, de priorizar, de posponer.
La actitud es clave en este proceso. Surge, entonces, la paciencia o capacidad de tolerar la demora como una virtud que nos pone a prueba constantemente, que nos permite soportar y tolerar contratiempos y dificultades.
Algunas personas son más pacientes que otras, influyen las experiencias vividas y los modelos de crianza. Existe una relación entre la paciencia y el bienestar; las personas más pacientes tienden a ser más optimistas, empáticas y sienten mayor gratitud.
Las plataformas tecnológicas han sido herramientas fundamentales a la hora de comunicarnos, sin embargo, nos damos cuenta de que no son suficientes.
Necesitamos reencontrarnos presencialmente, juntarnos y abrazarnos. Ese sigue siendo uno de los motivos de la impaciencia que nos abruma, con mayor o menor intensidad.
Por otro lado, esa misma realidad nos hace valorar mucho más a tantas personas que antes no habíamos percibido como importantes en nuestras vidas: abuelos, hermanos, primos, compañeros de trabajo, vecinos, amigos. ¿Cómo hacer mientras esperamos la llegada de la nueva normalidad?
Desarrollar la paciencia puede ayudarnos. Aprendiendo sencillas prácticas de atención centradas en el presente, haciéndonos conscientes de dónde estamos y qué pasa en ese momento. Disfrutando de lo que tenemos, de la convivencia en familia, de aprender cosas nuevas y de reconocer que esta compleja época, también pasará.
Con los más pequeños, cultivar una actitud comprensiva y empática, entendiendo que para ellos el sentido del tiempo es diferente al nuestro, fomentar la conciencia de que no siempre las cosas se dan como uno desea. Valorar y agradecer el esfuerzo que han realizado.
Amplifiquemos la virtud de la paciencia, para que surja la esperanza del bienestar.
Marcia Palma, terapeuta y consejera
familiar del Cenfa Puerto Montt