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"Nosotros, en 30 años, no fuimos capaces de reformar la

Constitución de forma estructural, sólo en detalles", reflexiona.

Sin embargo, dice que si la Carta Magna no pudo ser transformada de esta manera se debió a que el mismo documento lo impide, ya que para que aquello suceda se requiere de grandes quórum (3/5 y 2/3 de diputados y senadores en ejercicio).

Aun así, asume que faltó decisión, firmeza y osadía de parte de los partidos de la ex Concertación y de la Nueva Mayoría. "Yo siempre insistí en las grandes reformas y en varias situaciones que los gobiernos de la Concertación no hicieron y no quisieron realizar", recuerda.

Además, culpa a la derecha por no aportar los votos que permitieran dar los pasos para reformar la Constitución.

Por lo mismo, para el ex diputado osornino, la jornada de hoy tiene características diferentes y un fondo distinto, así como proyecciones muy diferentes al que tuvo lugar en 1988.

En todo caso, para el ex parlamentario, igual se trató de un hito histórico porque permitió volver al país a la democracia y terminar con la falta de participación ciudadana, de libertad, de inseguridad y con todos los problemas sociales y económicos de aquellos años.

No queda nada

Joaquín Arrieta, figura de la derecha en la zona, ex director regional del SAG y ex seremi de Agricultura durante el gobierno militar, así como ex concejal de Puerto Varas, ex presidente del Instituto Ohigginiano a nivel regional y actual presidente del Centro Español de Puerto Montt, discrepa con Ojeda y defiende la permanencia de la actual Carta Fundamental.

Además, sostiene que el proceso de hoy es comparable, en tiempos contemporáneos, con el plebiscito de 1980, cuando se aprobó la Constitución inicial del gobierno militar, "que es la que nos rige, pero con las transformaciones tan enormes que ha tenido".

En su argumento, explica que esta Carta Magna ha sido objeto de una serie de modificaciones, las que partieron con el plebiscito de 1989 y que siguieron durante los gobiernos de Patricio Aywin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos.

A tal punto han sido los cambios, según detalla, que la Carta Fundamental, que actualmente rige el país, que es la que aprobó Lagos y que ya no tiene la firma de Augusto Pinochet, conserva muy poco del documento original.

Aun así, dice, mantiene una serie de puntos que son muy definitivos para las personas que son emprendedoras y para que el país siga adelante, como el derecho de propiedad y de la vida, que constituyen aspectos muy importantes que la gente tiene que evaluar de manera clara.

De lo contrario, apunta, el día de mañana pudieran aparecer "sorpresas enormes".

Arrieta fundamenta su preocupación en el destino que pudieran tener algunas empresas, ya que se corre el riesgo de que puedan dejar el país (por falta de estabilidad). "Si queremos desarrollo, no podemos atacar las bases por donde parte este desarrollo".

Además, y luego de realizar las consultas con abogados entendidos en la materia, cree que la mejor alternativa para redactar una nueva Constitución es la Convención Mixta.

¿Por qué? Porque, según Arrieta, la gente que va actuar tendría una mejor preparación inicial, como base, para discutir cualquier cosa mejor de lo que es una Asamblea Constituyente, donde no se sabe quién podrá llegar a participar de ella.

Por lo mismo, insiste en que no es posible que se llegue a cambiar todo y que se someta este juicio a personas que no saben lo que harán. "Pueden tener muy buena voluntad; pero la voluntad no salva al enfermo, al que sí lo salva el médico especialista", remata.

Sergio Galilea (independiente y ex PPD), ex intendente de Los Lagos durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, no comparte el juicio de Arrieta y afirma que la jornada de hoy es sólo comparable con lo ocurrido en 1988.

En su argumento, destaca que lo que suceda este domingo constituirá el inicio de un itinerario constituyente y permitirá, además, construir un armazón constitucional nuevo para Chile.

Otro aspecto importante para el ex subsecretario de Obras Públicas es que esta consulta se realizará en medio de circunstancias dramáticas para el país en términos socioeconómicos. "Se verá el cómo será el Chile de la postpandemia", afirma.

Además, dice, este proceso deberá implicar una renovación política bastante sustantiva de los liderazgos de los partidos, de los sistemas, de los movimientos sociales. Por ello, apunta, es un evento trascendental.

Tan importante, según sostiene, como la elección presidencial que tuvo lugar el 4 de septiembre de 1970, que consagró el triunfo del socialista Salvador Allende (representante de la Unidad Popular).

"Desgraciadamente, hubo tres candidatos, cuando debieron ser dos, ya que las fuerzas de Allende y de (Radomiro) Tomic (DC) debieron ir unidas. Debió constituirse la Concertación, como ocurrió después de la dictadura", destaca Galilea.

Ramón Espinoza (PS), ex alcalde de Frutillar, piensa similar a Galilea, en el sentido de que la elección de hoy es tan relevante como la de 1988.

La diferencia que advierte, eso sí, es que hace 32 años existía una mística diferente, con mucha gente involucrada, lo que se reflejó en la participación del plebiscito que permitió derrotar a la dictadura.

Y si bien ahora hay participación, a diferencia de lo ocurrido en 1988 se vive mucho desencanto, en circunstancias que en aquel tiempo había esperanza de un Chile democrático y del fin de la dictadura.

Hoy, sin embargo, "los estándares son muy superiores a lo que aspirábamos nosotros en aquel tiempo, que era libertad, democracia, elegir a nuestros representantes y terminar con las violaciones a los derechos humanos".

A juicio del ex jefe comunal, lo importante es poder contar con un Estado sin desigualdades, sin discriminaciones y sin privilegios para nadie.

La elección de hoy

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Durante la presente jornada y de acuerdo a lo informado en la página del Servicio Electoral (www.servel.cl), los electores que participen del plebiscito tendrán la posibilidad de aprobar o rechazar la redacción de una nueva Constitución. Además, podrán elegir el órgano que debiera redactar la nueva Carta Magna. Aquí las opciones son una Convención Mixta, que estará integrada en partes iguales por miembros elegidos popularmente y parlamentarios y parlamentarias en ejercicio; o una Convención Constitucional, conformada de manera exclusiva por miembros elegidos popularmente.