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Llegó el día en que la ciudadanía definirá el futuro de la Constitución

En opinión de históricos políticos de esta zona, el plebiscito que se realizará hoy es uno de los procesos eleccionarios más importantes del país, el que sólo puede ser comparable con el de 1988. Sin embargo, no está libre de críticas y de preocupación por la cantidad de electores que acudan a las urnas.
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Vicente Pereira

Un proceso histórico. Una consulta que, en opinión de históricos políticos de esta zona, sólo puede ser comparable con el plebiscito de 1988, el que, al ganar la opción No, le puso fin al gobierno militar y permitió que al año siguiente se pudiesen realizar las primeras elecciones presidenciales después de 20 años.

Aunque previo al triunfo de Patricio Aywin (DC) en las presidenciales de 1989, a mediados de ese año se desarrolló otro plebiscito, en el que se aprobaron las primeras 54 reformas a la Constitución de 1980.

En todo caso, la mirada sobre el plebiscito de hoy, en el que están en condiciones de votar 731.424 personas en la Región de Los Lagos, dependerá del sector del que se le analice.

Desde la oposición lo sitúan como uno de los eventos de este tipo más relevantes de la historia de Chile, dada la importancia que tiene para ellos que Chile cuente con una nueva Carta Magna, y más todavía si para su redacción gana la opción Convención Constitucional.

Sin embargo, desde algunos sectores de derecha cuestionan su realización, ya que, según acusan, nace de la violencia (por el estallido social de 2019), que genera el Acuerdo por la Paz y que permitió, a su vez, el nacimiento del proceso para una nueva Carta Fundamental.

Visiones

Eduardo Becker, ex candidato a diputado, ex candidato a alcalde de Puerto Montt y ex presidente distrital (Puerto Montt) de Renovación Nacional a mediados de la década pasada, desacredita este proceso.

A su juicio, el plebiscito de hoy no tiene importancia porque no estaba dentro de las prioridades de la ciudadanía en cuanto a las demandas sociales expresadas hacia fines del año pasado.

Para Becker, si a eso se le suma la violencia, se está frente a un proceso que "no es normal y que no genera consenso en cuanto a partir de una hoja en blanco".

Por lo mismo, insiste en que se trata de una consulta anormal, que nace de hechos "violentos y delincuenciales que salen de nuestro razonamiento como personas". Por lo mismo cree que el día de mañana cualquier grupo lo podrá desestimar porque fue presionado "vía violencia; y, por eso no tiene ninguna relevancia".

Distinta es la opinión del ex diputado por Osorno, Sergio Ojeda (DC), ya que para él se trata de un hecho histórico y sin precedentes, puesto que marcará una época trascendental en la historia política de Chile.

Para Ojeda, esta consulta es el resultado de la disconformidad y del reproche ciudadano por la falta de cobertura de sus necesidades más importantes durante años.

El ex parlamentario estima que esta jornada es importante en el sentido de que será el pueblo quien directamente participará de las grandes reformas, algo que "desgraciadamente" el Parlamento nunca pudo realizar.

Ojeda es crítico del accionar del Congreso desde el retorno a la democracia en 1990. Por lo mismo, cree que este poder del Estado perdió la oportunidad de haber hecho las grandes transformaciones para terminar con todos los problemas sociales y económicos que se viven en el país.

Por todos estos motivos, Ojeda no tiene dudas de que este plebiscito es tan importante como el de 1988, pero con otras características.