Sobreseimiento de reincidentes
El éxito de la cuarentena de Puerto Montt depende del acatamiento de las restricciones y de sanciones claras cuando no se cumple. Se puede transitar hacia una inquietante vía de injusticia si los contagios siguen creciendo al punto de colapsar la red asistencial.
Desde hace exactos 87 días, comenzó lo que ha sido un largo peregrinar de los puertomontinos para tratar de contener la propagación del covid-19 entre la población. Con una cuarentena de las más extensas que ha habido en el país y que ya se acerca a los tres meses, la capital regional no ha logrado detener el alza de contagios, situándola entre el segundo y tercer lugar en las últimas semanas dentro de las ciudades con mayor cantidad de casos activos. Aunque la red asistencial local ha podido hasta ahora absorber el aumento de la demanda, no hay ninguna garantía de que en el breve o mediano plazo, si no cambia el escenario de contagios, se llegue al temido colapso de las camas críticas.
Para explicar esta constante tendencia al alza se han mencionado como causas el agotamiento de la ciudadanía hacia el forzado confinamiento, el que habría dado frutos sólo en las primeras dos semanas, y la falta de fiscalización de las autoridades para desincentivar la circulación de las personas en las calles. Hoy por hoy, objetivamente hay un mayor flujo en la vía pública, un caldo de cultivo perfecto para la diseminación del virus.
En este sentido, es difícil comprender que en un tribunal de garantía de Puerto Montt, en tan sólo cuatro días, se haya sobreseído a 86 personas detenidas por incumplir las normas sanitarias y reincidir en la violación de la cuarentena. No se trataba de ciudadanos "primerizos" en ser sorprendidos circulando en la calle sin sus respectivos permisos, sino que personas contumaces que ya habían sido capturadas anteriormente por la misma razón y cuya conducta no fue refrenada.
Mientras miles de puertomontinos llevan casi tres meses para aceptar las restricciones del confinamiento, desde el tribunal se ha dado una señal errática. Si hay infractores detenidos por no cumplir la cuarentena, pero liberados luego, ¿qué sentido tiene el sacrificio de la mayoría de quedarse en casa? Indirectamente, se está cometiendo un acto de injusticia que puede conspirar seriamente en contra de la cuarentena y, por añadidura, contribuir a un incremento peligroso de los contagios de un virus que es mortal.