Muere a los 92 años Gabriel Guarda: monje, arquitecto y Premio Nacional de Historia
LEGADO. El religioso y investigador es autor del Monasterio Benedictino de Las Condes. Autoridades reconocen sus valores, sus aportes al rescate del patrimonio arquitectónico cultural y su profunda contribución a los católicos chilenos.
Redacción
Gabriel Guarda Geywitz, monje benedictino, arquitecto e historiador, falleció ayer a los 92 años dejando un fecundo legado. Académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), fue también un destacado cultor de la arquitectura y el rescate del patrimonio cultural, entre cuyas obras resalta el Monasterio Benedictino de Las Condes. En 1984, recibió el Premio Nacional de Historia.
Nacido en Valdivia en 1928, en el seno de una familia católica, confesó en una entrevista en 1980, en revista Ercilla, haber sido desordenado en su infancia. Estudió en el Instituto Salesiano de Valdivia y luego, en Santiago, en el Internado Nacional Barros Arana. Al egresar, en 1947, entró a la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile, donde fue compañero de Mariano Puga, quien después se dedicaría al sacerdocio y a quien Guarda atribuyó el origen de su vocación religiosa. Como consigna Memoria Chilena, en esos años comenzó también su inclinación por la historia.
En 1953, viajó a Europa para perfeccionar sus estudios de arquitectura y profundizar sus conocimientos históricos. Al regresar a Chile, se integró al grupo de historiadores discípulos de Jaime Eyzaguirre. Se tituló de arquitecto en 1958 y ese mismo año entró a la Orden Benedictina, donde se ordenó como sacerdote en 1968.
Pero no abandonó del todo la arquitectura. Junto al arquitecto Martín Correa Prieto, diseñó el Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes, edificación moderna construida entre 1962 y 1964 y declarada Monumento Nacional en 1981. "En esta construcción moderna vivió enclaustrado, a pesar de salidas ocasionales, la mayoría para realizar clases", resalta una crónica publicada ayer por la PUC. "Las novedosas formas y el juego de luces y sombras del templo será una de sus grandes obras, que permanecerá como legado de la genialidad de Guarda. "Quienes conocían su trabajo destacan que el padre Guarda siempre consideró que las obras humanas son una forma para rendir alabanza a Dios", dice el mismo artículo.
Luis Eduardo Bresciani, director de la Escuela de Arquitectura de la PUC, mencionó que "sin su arquitectura e incansable investigación y promoción del patrimonio arquitectónico nacional, el valor que los chilenos le damos a la historia de nuestras ciudades y construcciones vernáculas no tendría la importancia social y cultura l que hoy tiene para todos".
La historia
En 1968, Guarda se integró a su alma máter como profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología y de Historia Urbana en la de Arquitectura. Dedicaba entonces sus días no sólo a la vida monacal, sino también a la investigación sobre la historia urbana y social de la población austral chilena, sobre todo de Valdivia.
A partir de la década de 1970, comenzó a publicar artículos y libros de historia religiosa, urbana y regional durante el período colonial y las primeras décadas de la República, como la Historia Urbana del Reino de Chile, de 1978.
En 1984, a los 55 años, obtuvo el Premio Nacional de Historia "por la destacada labor de investigación y docencia, las intensas actividades de difusión de la cultura histórica del país y sus notables aportes al conocimiento del pasado nacional". Sorprendido, dijo entonces que "Chile tiene historiadores de gran trayectoria" y que el jurado había actuado "benévolamente". El académico de la Facultad de Teología de la PUC y hermano de comunidad del padre Guarda, Rodrigo Álvarez, comentó ayer a la casa de estudios: "Ninguno de los reconocimientos le llevó a perder la humildad de saberse hijo amado de Dios".
El religioso valdiviano continuó dedicado a la oración y la reflexión. Se levantaba cada mañana a las 04.30 horas para orar, celebraba misas y atendía a novicios, sin descuidar sus estudios y su trabajo cultural. Como él mismo dijo en 1980 a Ercilla, "acción y contemplación no tienen por qué estar reñidas".
Guarda acumuló más de 300 publicaciones sobre historia urbana, arquitectónica y otras materias. Su gran labor de rescate del patrimonio cultural arquitectónico de Chiloé, Osorno, Valdivia, Colchagua y otras zonas, y su participación en proyectos como el diseño de la Catedral de Valdivia, acrecentaron su aporte, llevándolo a obtener, por ejemplo, el Premio Bicentenario en 2003. Se fue "uno de los grandes del siglo XX en Chile", tuiteó Emilio de la Cerda, subsecretario del Patrimonio Cultural. "Toda mi admiración y gratitud a su obra fundamental", escribió.
Rodrigo Álvarez destacó finalmente que la vida del padre Guarda "estuvo marcada por un vivo amor a la Iglesia y a su patrimonio artístico", y por "los valores de la observancia, el silencio, la oración y el estudio".
"Yo soy un arquitecto y admiro la belleza de las cosas y veo que la Iglesia es la transportadora de la belleza".
Gabriel Guarda, Monje, arquitecto e historiador
"Guarda dedicó su vida al servicio de Cristo y su Iglesia. Su vocación religiosa es un ejemplo para los católicos".
Ignacio Sánchez, Rector PUC
"Agradecemos su gran aporte en el rescate del patrimonio cultural arquitectónico del país".
Consuelo Valdés, Ministra de las Culturas
1928 nació Gabriel Guarda en Valdivia. En 1958 se tituló de arquitecto y se ordenó como sacerdote en 1968.
1984 obtuvo el Premio Nacional de Historia, y en 2004, el Premio Conservación de Monumentos Nacionales.