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Enfermeras en Magallanes vivieron las dos caras durante estancia en la zona

DELEGACIÓN. Equipo permaneció durante dos semanas, apoyando en las áreas UTI y UCI de hospital puntarenense. Destacaron el trabajo realizado y también denunciaron malos tratos.
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Javier Andrade

En horas de esta mañana, se esperaba el retorno del equipo de siete profesionales y técnicos, quienes desde comienzos de octubre permanecieron en la Región de Magallanes en labores de apoyo al hospital de Punta Arenas.

Instalados en uno de los escenarios geográficos más complejos del país, debido al altísimo número de contagiados de covid-19, este equipo perteneciente al Hospital de Puerto Montt vivió una experiencia distinta durante dos semanas, en las que prestaron servicios a las unidades UTI y UCI del Hospital Clínico de la capital de la Región de Magallanes.

El equipo estuvo compuesto por cinco enfermero (as) y dos técnicos en Enfermería.

VIVENCIAS MéDICAS

Uno de los profesionales que formó parte de este grupo fue el enfermero Sergio Ojeda, quien inicialmente fue trasladado al servicio de Urgencia, a diferencia de otros colegas que derivaron a una unidad de recuperación en la UTI que estaba formándose.

Ojeda afirmó que la UCI del Hospital de Magallanes contaba con seis camas, sin embargo, dado todo el tema de la contingencia, las camas UTI debieron transformarse en camas UCI, por lo tanto, no existía una unidad intermedia.

Indicó que dentro la urgencia le correspondió atender a pacientes sospechosos que no tienen mucha relación con el virus, pero pudo abordar distintos pacientes . "En el tiempo que estuve, se podía observar que el número de pacientes no covid era muy acotado, sin embargo, muchos que llegaban de forma ambulatoria para tomarse el PCR, debido que habían tenido un contacto estrecho o bien síntomas", dijo.

Agregó el profesional que, de acuerdo a la información que se maneja en el hospital, el foco de contagios está dado por grupo familiares, sin respeto por la cuarentena y que luego se fue expandiendo por contactos externos. "Entonces, uno le correspondía tomar exámenes, mientras que en otro punto de urgencia, estaban los personas que requerían hospitalización y habitualmente, era común ver hasta tres intubaciones durante un turno, se necesitaban camas críticas de ventilación; por otro lado, el hospital sacaba hasta cuatro pacientes para trasladarlos a Santiago. Y esa era la única forma para liberar camas", reveló el enfermero Ojeda.

De acuerdo a lo que vivió en la zona austral, Sergio Ojeda reconoció que antes debería haberse implementado un protocolo, algo más estandarizado, en cuanto a los manejos de los pacientes con respecto al nivel de complejidad que cada uno presentaba. "Nosotros manejamos un modelo distinto de organización desde Puerto Montt; a mi juicio, se debió haber apreciado desde el primer minuto el número de casos, el nivel de complejidad, para en ese momento abrir nuevas unidades, con profesionales de se salud que ayuden a esa unidad", puntualizó.

CONDICIONES MíNIMAS

Otra de las profesionales que estuvo en Magallanes fue la enfermera de la UCI de Puerto Montt Karina Alarcón, quien cuenta con 12 años de experiencia en el centro hospitalario puertomontino. "Cuando se tomó la decisión de este traslado, nos tomó un poco de sorpresa al equipo, pero aceptamos el desafío, conociendo que la realidad en la zona austral era compleja, sin embargo, no se nos entregó más información, sin conocer condiciones ni protocolos", aseveró la profesional. Afirmó que se encontraron con varias situaciones que no estaban contempladas de antemano, dado, por ejemplo, que llevaron al equipo a una casa de acogida que no cumplían las normas mínimas de seguridad, que incluía habitaciones y baños compartidos, además de los almuerzos que debían servirse en el hospital, lo que significaba una exposición directa con el virus.

Aseguró la enfermera que notó una serie de irregularidades, a la que su sumó que varios de los colegas que llegaron desde otros lugares no se habían tomado PCR. "Desde la casa de acogida logramos que nos trasladaran a un hotel, luego de haber reportado nuestra situación a la presidenta del Colegio de Enfermeras, Marcela Velásquez, y con la dirigente de la Fenats, Patricia Toledo y Angélica Loncón. Ahí cambió absolutamente la situación y las comodidades fueron otras", relató la profesional.

La misma enfermera destacó el buen trato en general que se apreció en las unidades en que se prestaron servicios, en la que siempre se mantuvo la hospitalidad y el respeto. "En general, logramos compartir con muchas personas que nos acogieron bien, con buen trabajo de equipo, para afrontar la experiencia que significa atender a pacientes críticos y ahí se cumplió todo a la perfección", comentó.

Denuncia

Pero sí acusó que en los últimos días, junto a otra colega, haber recibo maltratos de parte de una doctora residente de la UTI. "Ella se portó despectiva y a la vez grosera en el trato durante los turnos con nosotras, no daba explicaciones claras y todo lo cual "nos llevó a conversar con las colegas del gremio, quienes presentarán una denuncia antes estos hechos, que en lo personal fueron muy desagradables y que como profesionales no estuvimos dispuesto a dejar pasar", comentó.

6 camas UCI mantenía el hospital Clínico de Punta Arenas. Sin embargo, dado la gravedad de los casos, la UTI se transformó por completo en UCI.

12 años de experiencia tiene la enfermera Karina Alarcón, quien estuvo en Puerto Arenas y que cumple funciones en la UTI del hospital puertomontino.