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Piden retomar búsqueda de mujer perdida hace 11 años

TRAS HALLAZGO DE OSAMENTA. Celmira Aravena Ghent se extravió el 21 de septiembre de 2009, cuando iba a la casa de su hermana en Pichi Pelluco.
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Marcelo Galindo

El 21 de septiembre de 2009 fue la última vez que se observó a Celmira del Carmen Aravena Ghent (52 años), quien ese día en la mañana se dirigía desde su domicilio en el barrio de Lintz a la casa de su hermana, en la población Pichi Pelluco.

A Celmira literalmente se "la tragó la tierra". No quedó ninguna señal de dónde podría estar y qué le pudo haber pasado. Ni los 200 carteles que su hijo Felipe pegó en los postes de electricidad en Lintz y en otros puntos de la ciudad arrojaron resultados.

Según la familia, en su momento no hubo rastreos ni un trabajo planificado de las policías y la Fiscalía, lo que dejó la causa a foja cero. Sin embargo, tras el hallazgo de unos restos óseos el fin de semana, mientras se buscaba a Claudia Agüero (desaparecida desde 2019), el recuerdo del caso de Aravena apareció.

En particular luego que ayer este Diario publicara un anterior hallazgo en esa zona de Puerto Montt, consistente en un cráneo.

"No se hizo nada con nosotros. Nunca nos tomaron exámenes de sangre a mí y menos a mis dos hermanos. Hoy (ayer) supe que en 2014 encontraron un cráneo (en la cuesta Fourcade), por lo que la idea es que se compare con los restos óseos que encontraron en Las Bandurrias", aseveró.

Aravena profundizó su crítica y agregó: "Si uno no tiene plata o es de apellido Larraín, la policía no se va a mover, menos con una persona que tenía problemas con el alcohol. Mi mamá estaba enferma, pero siempre trabajó, planchó y lavó en los alrededores. Nunca robó o estuvo botada en la calle. Siempre fue digna", remarcó el hombre.

Sin resultados

Soledad Villegas, vecina en calle Las Gaviotas de la población Lintz, donde tenía residencia Celmira, recordó a la mujer.

De acuerdo a Soledad, Celmira fue amiga de su mamá y vecina del barrio Lintz: "Una mujer tranquila, nunca le conocí enemigos. Era muy trabajadora, siempre limpia y alegre".

Según Soledad "cuando desapareció nos causó mucha extrañeza, ya que ella no era de andar paseando o visitando a nadie".

Añadió que han pasado muchos años de su desaparición y no saben "nada de ella y menos de la investigación. Lo único que recordamos es que carabineros rastreó el sitio donde ella vivía, en la población Lintz, lamentablemente sin resultados".

La vecina recordó que cuando su mamá encontró la única foto que tenían "de la tía Celmira, yo le dije que iba a empezar a buscarla nuevamente. Por ello, lo único que queremos hoy es que se abra nuevamente la carpeta investigativa para empezar una búsqueda como se debe hacer. Hoy queremos que la justicia haga por favor su trabajo", manifestó.

Para Soledad Villegas se deben considerar las osamentas que fueron encontradas en Las Bandurrias: "No se sabe quién es y lamentablemente todavía la justicia no ha llamado a los hijos (de Celmira) para cotejar muestras de ADN. Por favor, solo queremos saber dónde está la tía Celmira y qué fue lo que pasó con ella".

Excavación

Felipe Aravena, hijo de Celmira, explicó que el caso se investigó y se le preguntó a mucha gente, "incluso al lado de la casa de mi hermano hay vecinos que dicen que vieron a una persona que estaba con una pala en un sitio a las cinco de la mañana. Después fue Carabineros al lugar y escarbaron, pero no fue más del 10% del terreno. Desde allí nunca más se investigó", relató.

Según el hijo de Celmira, nunca se hizo nada, no hubo hisopado bucal u otro tipo de toma de muestras.

52 años tenía Celmira cuando se perdió el 21 de septiembre de 2009 mientras se dirigí hacia Pichi Pelluco.

Desbaratan una red narco en la cárcel

PENAL DE ALTO BONITO. Interno fue descubierto con 251 dosis de cannabis.
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Un interno del módulo 53 del penal de Alto Bonito, quien trabajaba para la empresa concesionaria, fue sorprendido distribuyendo marihuana en el interior del recinto carcelario.

Tras un proceso investigativo que se desarrolló durante varias semanas, personal del Complejo Penitenciario de Puerto Montt logró desbaratar una red de distribución de drogas.

El responsable era un recluso que ejercía como supervisor de reposteros, tarea que le permitía moverse con relativa libertad en los distintos módulos de la unidad penal puertomontina.

Al momento de ser revisado el interno portaba 70 dosis de cannabis sativa, 626 mil pesos y un celular con cargador. A continuación se procedió a allanar su celda, donde se encontraron otras 181 dosis de marihuana, 800 mil pesos y otro teléfono celular.

El director regional de Gendarmería, coronel Sebastián Urra, valoró la labor de inteligencia efectuada por el personal.

"Quiero destacar el efectivo trabajo efectuado por nuestros funcionarios, que permitió desbaratar esta red de distribución de drogas. Con ello no sólo estamos deteniendo el tráfico de sustancias prohibidas, sino que también estamos contribuyendo a la seguridad de la población penal y de nuestro personal, ya que muchos de los incidentes que ocurren al interior de la cárcel son protagonizados por internos que están bajo los efectos de algún alucinógeno", sentenció el coronel Urra.