Intensifican labor para socorrer a perros abandonados durante la cuarentena
ANIMALISTAS. Desde Angelmó pasando por el centro hasta llegar a los distintos barrios, el alimento es llevado a los animales que viven en la calle.
Los animalistas en Puerto Montt se han tenido que multiplicar para llegar a todos los sectores donde existen perros en situación de calles y lograr su alimentación.
El trabajo siempre ha sido complejo, pero en la actual situación de pandemia y confinamiento ha empeorado, porque son muchos los canes que pululan en las zonas donde el comercio y otras actividades no están funcionando.
La historia de ocho voluntarios en la capital regional se ha visto entrelazada para poder alimentar a los perros, en una comuna donde se estima una población de aproximadamente 50 mil perros.
Abandonados
Lorena González vive cerca del Hospital Puerto Montt; Pamela Jaramillo en Alerce Norte; Estefanía Barrientos en el sector de Egaña; Pedro González cerca del centro; Franchesca Contreras en la Población Modelo; Natalia González en Mirasol; Cristina Mancilla en Lagunitas y Cecilia Chávez en Avenida Austral. Ellos no son amigos. Tampoco son de una misma organización. Todos -según lo que indican- tienen distintos trabajos, actividades y están llenos de obligaciones familiares y laborales. Y antes de la cuarentena no tenían más nexo que la preocupación que sienten por los animales abandonados.
Los voluntarios son algunos de los que han donado su tiempo y recursos para desplazarse al centro y a diversos sectores de la comuna desde el inicio de la cuarentena en Puerto Montt.
Desde hace más de dos meses, cada día -de acuerdo a lo que han señalado- se organizan en el llamado "grupo calle" para salir a alimentar a los más de 60 perros que deambulan entre Angelmó y el mall Costanera, además de las poblaciones, campamentos y sectores industriales. Su objetivo, manifestaron, "es evitar que los perros y gatos sufran de hambre y se trasladen a otros barrios, lo que podría generar un conflicto mayor".
Los perros abandonados son un problema social, explica una de las voluntarias y rescatista que se sumó a esta tarea, agregando que los voluntarios y animalistas independientes son quienes están realizando una labor silenciosa que ayuda a toda la comunidad.
Dificultad
Natalia González, peluquera canina, agrega que "la mayor dificultad que enfrenta es tener que lidiar con los organismos fiscalizadores". Ello porque si bien cuentan con permisos de salida otorgados por Fundación Albergando un Amigo y Fundación Saska, en ocasiones se les piden documentos extras para ingresar a alimentar los perros del Terminal de Buses o atender las urgencias veterinarias.
Estefanía, profesora y reikista, explica que, en su caso, aprovecha el escaso tiempo disponible que le deja el teletrabajo para aplicar todo lo aprendido en meses anteriores, "cuando en el fragor de las protestas de octubre bajaban al centro para intentar resguardar a los perros de los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes".
De acuerdo a los animalistas, en este momento, las preocupaciones principales apuntan a la falta de alimento, ya que si bien las agrupaciones hacen campaña para recolectar, siempre escasea; y al hecho de que el Centro de Esterilización Canina CEC, permanece cerrado. En ese contexto, hicieron un llamado a su pronta reactivación, ya que al deambular por las calles han visto un aumento de cachorros en abandono. "Si no se reactiva el CEC -señalan- habremos retrocedido todo el trabajo que se ha hecho en estos 36 años desde el inicio de las protectoras".
60 perros son alimentados desde el mall Costanera hasta el sector de Angelmó, pasando por el terminal de buses.
50 mil canes se estima viven en Puerto Montt, en sus hogares con sus familias y también en las calles.