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335 niños y niñas cumplirán siete meses confinados en el Sename

COVI-19. 319 permanecen en residencias de la red del Servicio Nacional de Menores y 16 en centros de justicia juvenil. La labor en estos hogares se ha redoblado para dar ocupación a los menores. La contención está a cargo de psicólogos y psiquiatras infantiles, ya que los niños perdieron el contacto con sus familiares.
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Marcelo Galindo

Siete meses cumplirán confinados el 15 de octubre los 335 niños, niñas y adolescentes bajo el cuidado del Servicio Nacional de Menores (Sename) en la Región de Los Lagos.

Cuando el 15 de marzo de 2020 se anunció el estado de emergencia sanitaria en Chile, a raíz de la pandemia declarada por covid-19, una de las primeras medidas anunciadas por el gobierno fue el aislamiento preventivo de todas las residencias y centros de justicia juvenil de la Red Sename.

La región no estuvo ajena a la medida, con un total de 16 residencias en al área de protección de derechos, pertenecientes a todos los organismos colaboradores privados y dos centros de administración directa del Sename. Por ejemplo, en el área de justicia juvenil el servicio debió instruir las medidas para el inmediato confinamiento de todos los recintos y la implementación de un estricto protocolo de medidas preventivas de acceso, permanencia y salida de los mismos.

Coordinación

Según la directora regional de Sename, Lilian Peña, este fue "un proceso difícil, porque primero debimos aprender a trabajar en este nuevo escenario, que demandó de nuestros equipos de profesionales, una rápida y efectiva coordinación, considerando que, en un principio, como en todo el país, no había total disponibilidad de insumos necesarios para la implementación de medidas sanitarias al interior de las residencias".

Pese a ello, Peña agregó que lograron con la "colaboración y compromiso de todos, incluidas las niñas, niños y adolescentes, y sus familias, poner en marcha y respetar rápidamente las medidas establecidas en los protocolos".

De acuerdo a la directora regional, "la medida más compleja que han tenido que vivir las niñas, niños y adolescentes fue la suspensión de las visitas presenciales de sus familias o adultos significativos. En pandemia, todos nos hemos tenido que alejar de amigos e incluso familiares, pero estos niños y niñas ya se encontraban en una situación distinta, al estar alejados de sus familias, por medidas de protección determinadas por tribunales. Así la situación se transformó en una doble restricción a la posibilidad de contacto y relaciones presenciales con sus seres queridos", anotó.

En este contexto, la utilización de plataformas online se transformó en herramientas de apoyo para reforzar la mantención del contacto entre los internos y sus seres queridos. Aunque en aquellos casos en que la brecha digital o geográfica, propias de la región, no ha permitido la videollamada, el simple contacto telefónico se instaló como soporte necesario y cotidiano para ir reforzando el vínculo familiar.

Salir

Yesenia, de 19 años, cursa tercero medio y tiene un promedio de notas que está muy por sobre la media.

Ella vive desde los 16 años en la residencia Angelmó, en Llanquihue, perteneciente a la fundación Verbo Divino, organismo colaborador de Sename en la región. La joven tiene una visión acabada sobre la pandemia, quizá más que muchos de los que todavía transitan y realizan actividades fuera de sus casas. "Un virus no se va de la noche a la mañana. Creo que esto durará dos años, este y el otro, y no me gustaría licenciarme de cuarto medio por videollamada", admite. Una afirmación que no parece tan irreal a los ojos de una joven que lleva siete meses siguiendo y respetando cada una de las medidas preventivas del covid-19, al igual que los 319 niños, niñas y adolescentes en el sistema de residencias, pero que escuchan información y leen sobre el tema.

Yesenia estudia técnico agrícola: "Este es mi primer año y estoy en un liceo nuevo. Este año nos tocaba salir, ir a los campos, trabajar con las vacas y todo eso", comenta. Sin embargo, no ocurrió, y aunque ha encontrado fáciles las clases online y se ha acomodado a la situación, extraña el contacto, la relación con sus nuevas compañeras y compañeros, a quienes conoció presencialmente algunas semanas en marzo. "No es lo mismo", reclama.

Estrés

Miguel Salazar es sicólogo, con experiencia en trabajo con la niñez y adolescencia vulnerada. El académico de la Universidad San Sebastián plantea que "el contexto de estrés prolongado como el actual, coloca a los niños, niñas y adolescentes ingresados en residencias del Sename en una condición de vulnerabilidad importante, razón por la cual es importante poner atención a cómo están vivenciando esta experiencia de confinamiento".

En ese sentido, agrega el profesional, la gestión de los espacios colectivos e individuales que puedan realizar los equipos psicosociales de los centros residenciales es crucial "lo que involucra la generación de rutinas y espacios de contención al interior de las residencias, que ayude a los niños, niñas y adolescentes a encontrar formas positivas de expresar sentimientos perturbadores como el miedo, la tristeza y reducir la incertidumbre con la información disponible".

De acuerdo a Salazar, "las reacciones pueden ser variadas y dependerán de las características individuales, familiares y contextuales de cada niño o niña. Es importante tener claro que, aunque ahora no existan manifestaciones de problemas de salud mental, no quiere decir que no puedan manifestarse de manera diferida en el tiempo, por lo cual la gestión del riesgo asociado al estrés, por parte de los equipos de Sename, durante y post confinamiento puede marcar la diferencia", afirmó.

Herramientas

Para la responsable del área de salud mental de la seremi de Salud, Ximena Oettinger, lo que viven los menores bajo protección del Estado, el efecto de pandemia y el aislamiento en ellos "está relacionado con el más amplio concepto que se tiene de salud mental. Efectivamente desde los cuidadores y cuidadoras, se debiesen fortalecer herramientas y capacidades para poder orientar a los niños y niñas que están en esta situación, que los hacen un grupo extremadamente vulnerable, expuestos a efectos físicos, emocionales y psicológicos producto del confinamiento prolongado", relató.

Según Oettinger, las cuidadoras y cuidadores son los referentes para poder establecer relaciones interpersonales protectoras y hacer frente a todos los mitos que rodean el confinamiento por covid-19 "generando rutinas diarias que les permitan fortalecer las relaciones con sus pares y generar espacios acogedores que les inviten a mantenerse y no hacer abandono de ellos".

Desde el ámbito de la relación directa, la directora de la residencia Angelmó, donde vive Yesenia, la asistente social, Paulina Cáceres, comenta que "esta situación ha demandado generar muchas iniciativas, primero para mantener y fortalecer el contacto de las niñas

"Primero debimos aprender a trabajar en este nuevo escenario, que demandó de nuestros equipos de profesionales, una rápida coordinación"

Lilian Peña

Directora regional del Sename

"Yo creo que esto durará dos años, este y el otro, y no me gustaría licenciarme de cuarto medio por vídeo llamada"

Yessenia, joven estudiante vive en, una residencia

"La gestión del riesgo asociado al estrés, por parte de los equipos de Sename, durante y post confinamiento puede marcar la diferencia"

Miguel Salazar, Psicólogo de la Red Sename

"Antes del inicio de esta crisis sanitaria, ya veníamos generando un acercamiento, que no será casual, sino permanente"

Paulina Concha

Seremi de las Culturas y las Artes