Ductos ilegales en la bahía
Una vez restablecida medianamente la normalidad en el país, ha de activarse el catastro de estos emisarios que un flaco favor le hacen a Puerto Montt. Estos 150 emisarios están llevando diariamente desechos hacia la zona desde la cual Puerto Montt desarrolla su vocación marítima.
Sin perder de vista la anomalía medioambiental que significa tener en la bahía de Puerto Montt un emisario submarino que descargue aguas servidas, y que es de responsabilidad de la empresa sanitaria que tiene la concesión de su tratamiento en la zona, hay que advertir también la inconsecuencia sanitaria y turística que significa la existencia de 150 ductos ilegales que llevan desechos de variado tipo al mar, en toda la extensión del borde costero de la capital regional. Estos 150 emisarios irregulares, como se explicó la semana pasada en este diario, fueron catastrados preliminarmente hace algunos años por parte de la Armada, que detectó su presencia en el amplio tramo que va desde el sector de Chinquihue hasta la Carretera Austral, esto es, en el corazón mismo del área desde la cual Puerto Montt desarrolla su vocación marítima.
Mientras las condiciones de mantención y autorización del emisario ya corren por cuenta de la Superintendencia de Medio Ambiente, que formuló cargos en contra de Essal por modificar la estructura sin la respectiva autorización, los 150 ductos ilegales reportados por la Armada tienen que pasar ahora por un proceso de verificación del Ministerio de Medio Ambiente, paso necesario para determinar a sus responsables, eventuales sanciones y medidas reparatorias por el daño provocado en el ecosistema. Asimismo, la propia compañía sanitaria encargó un estudio hace diez años que ya ratificaba, en ese entonces, la existencia de estos emisarios sin origen conocido, tal como ocurrió en Puerto Varas a propósito de la contaminación detectada por culpa de ductos absolutamente fuera de toda norma.
Lamentablemente, como ha ocurrido en muchos otros aspectos de las prioridades del país, la pandemia del coronavirus terminó por frenar este año la preparación del proceso verificatorio de los 150 emisarios ilegales. En razón de la emergencia sanitaria y de las urgencias económicas para garantizar una pronta recuperación, se entiende a todas luces el congelamiento.
Aun así, no debe olvidarse que lo que está en juego es la sustentabilidad de la bahía y la imagen turística de la zona. Debería ser una urgencia de mediano plazo acicateada por las autoridades locales.