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Industria salmonera
Ante los acontecimientos protagonizados en estos últimos tiempos por la industria salmonera, específicamente el escape de peces en el centro Caicura, el hundimiento de un pontón en Quillaipe, el derrame de alimentos para salmones en la bahía de Calbuco y el escape de salmones en Caicaén, Calbuco, es nuestro deber como representantes de la pesca artesanal llamar la atención a las autoridades competentes que fiscalizan esta actividad por las consecuencias que nos traerá a nuestra actividad.
Si bien es cierto la industria salmonera en nuestra región es un actor económico importante, a través de los años no ha tomado los resguardos necesarios para no afectar las otras actividades que se desarrollan en el mar, y esto también con la complicidad de las autoridades del sector. La experiencia de nuestro sector, que cada cierto tiempo ve que se producen escapes de salmones en el mar, indica que no se han tomado las acciones necesarias para evitar estos eventos.
Un ejemplo, ¿quién fiscaliza la cantidad de peces que ingresan por centro? Es una de las tantas falencias del sistema cada vez que suceden estos accidentes. Desaparecen por años los recursos de la pesca y bentónicos, ya sea por depredación o contaminación. ¿Es necesario que en un país civilizado los actores tomen acciones sólo con movilizaciones? Creemos que nuestro sector está bastante golpeado como para seguir recibiendo noticias de esta magnitud, por lo tanto, nos mantendremos alerta para resguardar el mar y nuestros recursos.
Cuando la entidad fiscalizadora encuentra un mínimo de omisión con respecto a comercialización y tránsito de alguna pesquería relacionada con la pesca artesanal, se enorgullece cursando citaciones basadas en la sustentabilidad; pero cuando se trata fiscalizar a otro sector, no aplica. La palabra sustentabilidad sólo está pensada para desviar la atención por sus omisiones.
Es necesario actualizar y cambiar las reglas en la legislación pesquera en materia de peces introducidos en el mar, para no seguir mirando cómo se avecina un desastre con respecto a la fauna marina y sus recursos, por la irresponsabilidad de unos pocos.
Juan García Saldivia, presidente de la Asociación Gremial de Pescadores Demersales de la Zona Sur Austral
Premio Nacional de Historia
Hace unos días Iván Jaksic Andrade obtuvo el Premio Nacional de Historia, pensador magallánico que tiene raíces chilotas. La relevancia que Jaksic ha alcanzado en la tradición de pensadores chilenos es bastante particular, quizás porque ha estudiado en profundidad a Andrés Bello, uno de nuestros mayores intelectuales en variados ámbitos (derecho, filosofía y poesía, entre otros), de origen venezolano, aunque, como suele pasar, está olvidado en casi todas nuestras escuelas y universidades.
Un segundo dato anecdótico de Jaksic es su formación intelectual. En el pregrado estudió Filosofía, luego su formación de postgrado se encaminó hacia la historia, pero lo más característico es su enseñanza secundaria. A saber, es mecánico industrial de un liceo de Puente Alto, carrera que ejerció en Estados Unidos; mientras que su tesis doctoral es sobre los filósofos que han habitado las universidades chilenas hasta los años 90, llamada "Rebeldes Académicos", que a la posteridad se ha materializado en un libro de culto para la filosofía chilena.
Un tercer dato llamativo, para nosotros, es su desarrollo académico, que ha sobresalido en Estados Unidos y poco a poco ha estado llegando a Chile. Pero sería obviar su mérito si no consideramos que forma parte de la Academia Chilena de Lengua y su activa participación en la Asociación Chilena de Historiadores.
En Iván Jaksic, particular pensador, se evidencia el eclecticismo de Bello, quien no tuvo empacho en negar que todas las verdades se tocan, porque se ha permitido combinar la mecánica, la filosofía, la historia y la lengua castellana, demostrando, una vez más, que la academia está llamada superar la fragmentación del conocimiento.
Juan Carlos Alvial, académico del Instituto de Filosofía de la Universidad San Sebastián
Multas en pandemia
Salud aplicó una multa de $2,5 millones a tres funcionarios públicos que violaron las normas sanitarias al ir a un restaurante y consumir un mariscal, estando prohibido por la cuarentena. En países más serios, estos funcionarios habrían tenido que renunciar sin más trámites.
Acá se anuncia el inicio de una investigación interna en el Senado y de una investigación de oficio en la Fiscalía. Tales anuncios no llevarán a sanciones, pero quizás tenga mejor pronóstico el anuncio que tendrán la posibilidad de apelar para rebajar la multa mediante un recurso de reposición.
José Luis Hernández
Inseguridad en La Araucanía
El gran día será cuando otro conductor sea herido en La Araucanía. ¿Rasgarán vestiduras quienes criticaron el paro de los camioneros?
Alfonso Soto