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Homenaje a Mario Marchant
Mario Marchant fue de esos puertomontinos en extinción. Nació el 26 de agosto de 1920, hace exactamente 100 años, y dedicó su vida al servicio de la ciudad. Se le ha considerado en distintas ocasiones como el padre del básquetbol puertomontino, por su labor como dirigente y entrenador de la selección de Puerto Montt.
Ya hacia fines de la década de los 40 ocupó distintos cargos como entrenador y dirigente en los inicios del básquetbol en la ciudad, siendo entrenador del Deportivo Liceo, así como también entrenador de la selección de Puerto Montt, representando a ésta en el Nacional de Antofagasta en 1951. Ocupó el cargo de intendente entre 1952 y 1958, durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, cuando el cargo era ad honorem.
En 1953, para el Nacional de Básquetbol Adulto, Mario Marchant inauguró el Gimnasio Municipal, que hoy lleva su nombre, siendo, además de intendente, entrenador de la selección puertomontina. "Entré a la política por el deporte", reconoció en algún momento. Un hombre tremendamente sencillo y honorable.
En 1973 fue electo diputado por la Vigésimocuarta Agrupación Departamental "Llanquihue, Maullín, Calbuco y Puerto Varas", por el Partido Nacional, con el 27,87% de los votos, cargo que ocuparía hasta el cese de funciones del Congreso en septiembre del mismo año. Previamente, fue regidor de la ciudad por tres períodos, así como también alcalde subrogante. Se casó con Celia Brahm Navarrete y tuvo tres hijos: Jorge, Jaime y Mario, quienes le dieron siete nietos, a quienes, por su temprano fallecimiento, no conoció, pero que vivimos con su recuerdo.
En 1967 asumió como presidente de la Asociación de Básquetbol de Puerto Montt, cargo que ocupó alternadamente hasta su muerte. Por 48 años fue voluntario de la Segunda Compañía de Bomberos Germania, donde ocupó los cargos de director y capitán. Fue presidente en varios períodos del Club Alemán, miembro y presidente del Centro para el Progreso de Puerto Montt.
Largos años de su vida los dedicó también a la presidencia del directorio del Instituto Alemán de Puerto Montt, donde estudió la enseñanza básica. Sus estudios los finalizó en el Liceo de Hombres Manuel Montt.
El 18 de mayo de 1987, con 66 años, Puerto Montt perdió no sólo al padre del básquetbol, sino que a un servidor público de esos que la ciudad y el país extrañan y probablemente extrañarán siempre.
Jorge Marchant Díaz, historiados y periodista, su nieto
Adiós a Mario Galindo
Mario Sergio Andrés Galindo Schenke, padre, hijo, hermano, cuñado, tío, amigo; hay tantos roles que desempeñaste que, al enumerarlos, no dejó espacio suficiente para mencionar todo el cariño que entregaste a las personas que compartieron de tu alegría. Desempeñaste roles significativos en tu vida, pero el mejor fue el ser una buena persona, con valores sociales profundamente arraigados en tu ser, preocupado siempre por los demás, sin distinción alguna. Siempre colaborando cuando alguien lo solicitaba.
Eras el fiel reflejo de lo que se llama "un buen hombre", cariñoso con los tuyos, abnegado en tu trabajo, defensor incansable de la dignidad de las personas, de la justicia social, labores que desempeñaste sin ánimo de recibir nada a cambio, pero que te hacía profundamente feliz. Siempre fuiste reconocido y estimado por tus pares, pero no dudaste en ser enérgico cuando, según tu criterio, las cosas no se hacían de manera correcta.
El paso del tiempo te llevó a vivir experiencias valiosas y tuviste la oportunidad de conocer todo tipo de personas, pero nunca vi en ti una mirada despectiva, un rechazo o un acto discriminativo, todo lo contrario; siempre un gesto amable y, por sobre todo, defendiendo en tu rol de sindicalista a los más débiles. Mario, has dejado recuerdos valiosos a todos los que compartimos contigo.
Pienso, sin temor a equivocarme, que en todos ellos existe una pena enorme, que sólo disminuye cuando brotan en la memoria los buenos momentos que disfrutamos junto a ti.
Freddy Galindo Schenke
Respuesta de compañías
Dicen que todo cambia, incluso las instituciones y entre otras las bancarias, con la utilización casi exclusiva de los medios digitales y evitando a como dé lugar la comunicación directa telefónica. Así, hoy armémonos de paciencia si por la gracia logramos hablar o aclarar algo con alguna persona (humano) directamente.
Entonces si así fuera, seremos afortunados, pues el cyborg-robot-zombi (como prefiera) de la contraparte lo evitará a cualquier costo; más aún estimulado por las enormes limitaciones implícitas en los sistemas modernos para una buena y necesaria comunicación.
José Manuel Caerols
Retorno del tren
Buena señal lo del eventual retorno del tren. Mala señal la poca disposición del alcalde de Puerto Varas.
Pedro González