Legislación en torno al escape de salmones
el resguardo del medio ambiente es una de las tareas de la industria.
la recaptura encendió el debate luego de la fuga de salmones de las últimas semanas,
La Región de Los Lagos se ha visto enfrentada a numerosos y lamentables escapes de salmónidos desde centros de cultivo a lo largo del tiempo. Entre 2010 y 2018, el Servicio Nacional de Pesca registra un total de 34 eventos en la región, con una cantidad de 2.379.992 ejemplares escapados. Cada vez que ocurren estos eventos, generan un importante impacto mediático asociado al impacto en el medio ambiente, la legislación vigente y sanciones relacionadas con estos escapes.
La Ley General de Pesca y Acuicultura indica en el artículo 87 que "deberán contemplarse, entre otras, medidas para la prevención de escapes y desprendimiento de ejemplares exóticos en cultivo", y específicamente en el artículo 118 reza "en caso de escape o pérdida masiva de recursos en sistemas de cultivo intensivo o el desprendimiento o pérdida de recursos hidrobiológicos exóticos en sistemas extensivos, se presumirá que existe daño ambiental de conformidad con la Ley Nº 19.300 si el titular del centro no recaptura como mínimo el 10% de los ejemplares en el plazo de 30 días contados desde el evento, prorrogables por una vez en los mismos términos.".
Recapturar un mínimo de 10 % es extremadamente bajo, considerando la magnitud promedio de escapes en la región.
Es imposible pensar que no podría haber daño ambiental si al menos se recaptura este mínimo, lo que da cuenta que la legislación subestima el impacto potencial de los escapes.
Considero que es necesario modificar urgente la legislación vigente, i) subiendo el porcentaje mínimo de recaptura, ii) endureciendo sanciones y iii) permitir que pescadores artesanales puedan capturar ejemplares escapados de centros de cultivo (actualmente en el Congreso).
El único modo de minimizar el daño ambiental es que haya esfuerzos para recapturar el total de individuos escapados.
Así, una coordinación público-privada es necesaria, donde empresas, Sernapesca, y pescadores artesanales participen activamente para incrementar las tasas de recaptura, utilizando muestreos sistemáticos validados científicamente.
Eventos de escapes pueden pasar nuevamente, por lo que considero que científicos deben continuar realizando investigación que den cuenta del impacto en el ecosistema, siguiendo, por ejemplo, las "Recomendaciones mínimas para la recaptura y seguimiento de un escape de salmonídeos de cultivo", recién publicadas por los centros de investigación Invasal e Incar. Una oportunidad de investigación se abre tras estos lamentables hechos.