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los efectos de un escape es uno de los aspectos que se busca determinar.
sustente las tesis sobre los efectos que producen estos eventos en el medio marino. Debemos tener más estudios que entreguen un sustento serio y responsable a todas las acciones que se llevan a cabo. Asimismo, el foco tiene que estar en la prevención, y el marco normativo debe apuntar en esa línea.
-¿Se debieran considerar exigencias mayores a la hora de construir centros?
-Lo primero es entender que estos eventos son accidentales debido, entre otros aspectos, a factores climáticos o generados por la acción de terceros, como es el caso del robo en centros de cultivo. En cualquier situación, las empresas son las más interesadas en tomar todas las medidas preventivas para evitarlos. Actualmente, los centros de cultivo se diseñan y construyen con los mejores estándares y en base a memorias de cálculo acuciosas que miden corrientes, vientos y condiciones de energía de la zona donde se emplazan. Es decir, el diseño se realiza con información real que cuenta con mediciones, datos del SHOA (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada) y de otros organismos. Lo importante es avanzar en la construcción de un criterio común que permita contar con una correcta fiscalización para tomar acciones preventivas y, en caso de que ocurran incidentes, se apliquen los procedimientos correspondientes.
-¿Creen que se hace necesario abordar nuevos criterios o un perfeccionamiento a la normativa que se crea tras el virus ISA?
-La regulación de ISA ha resultado ser muy eficiente, ya que ha permitido que la industria se adapte a la convivencia con este virus y que Chile sea un ejemplo reconocido por su programa de control. Lo anterior, a través de un monitoreo permanente y la adopción de estrictas acciones en caso de detección. Hoy, el ISA prácticamente no es un problema, porque existen medidas eficientes de control ante algún brote, demostrando que el sistema opera correctamente, independiente de que siempre es posible revisar y mejorar.
Evolución
Cristóbal de La Maza es el superintendente de Medio Ambiente y quien describe cómo se aborda la normativa en el sector. La autoridad expone que las empresas tienen obligaciones que corresponden al reglamento ambiental de la acuicultura y de las propias resoluciones de calificación ambiental que abordan los principales impactos que tiene actividad y que siempre se requiere perfeccionar.
"Hay una evolución en la industria del salmón, en que este tipo de eventos ha detonado en mejoras sustantivas y sistemáticas en los niveles de protección", sostiene, al tiempo que compara este escenario con el que ocurrió tras el virus ISA (entre los años 2008 y 2010), dado que le permitió al sector subir el estándar de sus operaciones.
Subraya que en este momento la regulación obliga a que estas instalaciones presenten las condiciones de seguridad óptimas, desde el punto de vista oceanográfico y climático. En cuanto a la fiscalización, reconoce que es la parte más compleja, por cuanto estas instalaciones se ubican en "áreas remotas y por eso nosotros estamos migrando cada vez más al uso de mecanismos de fiscalización remota, a través del uso de la tecnología". Es así como cuenta que están realizando un seguimiento profundo de todos los centros de engorda del país mediante imágenes satelitales, con las cuales están rastreando que se encuentren en el área de concesión a la cual corresponden.
la convivencia con el entorno es uno de los desafíos permanentes del sector.
Otro aspecto que plantea es que publicarán pronto nuevas herramientas de fiscalización, las que están desarrollando junto a los otros servicios involucrados en esta área, como Sernapesca yla Autoridad Marítima. "Esperamos ir incorporando un nuevo ecosistema de cumplimiento en que finalmente la vigilancia de la autoridad sea mucho más intensa; pero que también permita destacar a la parte del sector que cumple la normativa a cabalidad, lo que ayudaría también desde el punto de vista de la transparencia y de la confianza pública", manifiesta.
De La Maza explica cuáles son los aspectos que preocupan del sector, tales como la sobreproducción, que tiene un impacto sobre todo en el fondo marino y cuyo incumplimiento motiva altas sanciones.
En segundo lugar ubica a los residuos (asociados a todo el borde costero) y donde, describe, existe una gestión "bastante interesante entre el titular y la autoridad en cuanto a la gestión de esta materia".
"También incorporamos la mortalidad masiva que pudiera ocurrir, el tema de los escapes y yo agregaría el posicionamiento que genera impacto fuera de la zona autorizada. Son cinco dimensiones que tienen distintos niveles de impacto", afirma.
Es el panorama actual de una industria que, a pesar de ser considerado como el motor de la economía de esta región, debe estar en constante perfeccionamiento de sus procesos, sobre todo desde el punto de vista medioambiental, lo que constituye uno de sus grandes desafíos de cara al futuro.