Aunque la cuarentena decretada para Puerto Montt entra en vigencia esta noche, a las 22 horas, recién mañana comenzarán a verse sus efectos en las calles de la ciudad. Si la ciudadanía respeta las restricciones impuestas en esta medida sanitaria, y si hay una adecuada fiscalización de la fuerza pública para desincentivar a los eventuales infractores, las vías públicas puertomontinas deberían comenzar a lucirse desde temprano con un muy disminuido flujo de personas, sólo aquel declarado como parte de una actividad esencial y quienes hayan solicitado los respectivos permisos para abastecerse, acudir a horas médicas programadas u otros trámites que están expresamente permitidos en la norma extrema que se ha tenido que dictar para la capital regional.

Es absolutamente perentorio que la comunidad asuma rápidamente que ahora más que nunca se hace necesario cumplir la petición de "quedarse en casa", a fin de detener la curva alcista de contagios de covid-19 que se registra en Puerto Montt desde hace varias semanas. Hasta ahora, de acuerdo a lo que han declarado las autoridades sanitarias, la red asistencial ha soportado de buena manera la atención especial que impone la pandemia. Hay capacidad en el hospital y en las clínicas privadas, como también suficiente provisión de ventiladores mecánicos que se utilizan en los casos de pacientes más complejos.

Para que esta sana holgura se mantenga, es crucial que los puertomontinos comprendan que comienza ahora una etapa vital para contener el avance de la pandemia en la ciudad. Hay que evitar el uso irresponsable de permisos de desplazamiento, que lo único que consigue es mantener el flujo de gente en las calles y, por tanto, facilitar las condiciones para una rápida diseminación del virus.

Atendiendo que la cuarentena para Puerto Montt se aplicará cuatro meses desde que se declaró Estado de Catástrofe en el país, debiese haber suficientes aprendizajes sobre los procesos de confinamiento implementados en otras ciudades de similar tamaño que Puerto Montt. Es un factor clave para que desde el primer día del aislamiento forzado no haya errores ni marchas blancas.

Los efectos de la pandemia han impactado a los sectores productivos en todo el mundo, y el caso de la salmonicultura no ha sido la excepción. Al inicio de la crisis sanitaria, la industria salmonera disminuyó su operación hasta en un 50% con el fin de tomar medidas de prevención, que involucran distancia social dentro de las plantas, buses y áreas comunes, entre otras acciones para evitar contagios.

A pesar del impacto económico de estas medidas, éstas se adoptaron con la convicción de que las personas debían estar en el centro de la gestión. Gracias a esto, podemos ver que las regiones salmoneras presentan mejores tasas de empleo, lo cual se contrapone a otras donde la estadística supera los dos dígitos.

La salmonicultura es parte del tejido social y económico de la zona sur austral. Es así como durante esta pandemia no sólo ha logrado mantener los empleos de las personas, sino que también ha mostrado un compromiso con las zonas donde se encuentra instalada, creando la campaña "Comprometidos con el Sur", que se ha focalizado en fortalecer el sistema de atención de salud de las distintas localidades. Un arduo trabajo, donde se ha recorrido desde La Araucanía hasta Aysén aportando equipamientos técnicos y de protección personal para hospitales y centros de salud, además de kits sanitarios para las familias.

Hoy, nos enfrentamos al desafío de proyectar una reactivación social y económica que requiere del talento y esfuerzo de todos. En este escenario, la industria del salmón espera jugar un papel fundamental, debido a que durante 2019 logró posicionarse en el segundo lugar, tras la minería, de los productos más vendidos de Chile hacia el exterior. Mientras que las exportaciones totales del país retrocedieron el año pasado un 6,2%, el salmón sólo observó una baja de 0,42%. Todo esto se ha logrado debido al trabajo serio y dedicado de las empresas y sus colaboradores, y también gracias a los altísimos estándares de seguridad que tienen nuestros productos, lo que nos permite estar en más de 100 mercados globales.

Ser parte de la reactivación con el salmón como protagonista significa un mayor desarrollo económico y social de las regiones donde está la industria, de la mano de los proveedores y las pymes.

También ese reimpulso permite la producción de una proteína animal sustentable y con baja huella de carbono que responde a los objetivos de un planeta que vive una emergencia climática.

Arturo Clément,

presidente de SalmonChile