Frente a la escalada de contagios de coronavirus que se están produciendo en Puerto Montt, prácticamente desde mediados de mayo, tal como se desprende del reporte diario sobre el avance de la pandemia, la Autoridad Sanitaria ha manifestado reiteradamente que uno de los principales factores del alza ha sido la proliferación del comercio ambulante en el centro de la ciudad, en específico, en la calle Antonio Varas. Esa vía, sobre todo desde que empezó a notarse un aumento del desempleo, se fue poblando rápidamente de nuevos comerciantes informales, entre los cuales habría varios -a juicio de algunos concejales- que provienen de las ciudades cercanas y que escogieron a Puerto Montt como destino, ante la imposibilidad de realizar su labor en sus urbes de origen (se menciona aquí el ejemplo de las cinco semanas de cuarentena que hubo en Osorno).

Después de un ultimátum que le dio la Seremi de Salud al municipio, finalmente se acordó la entrega de credenciales a los comerciantes "históricos" que se ubican en el centro, marginando a los supuestos recién llegados. Esto, naturalmente, ha generado la molestia de estos últimos, que han iniciado acciones legales apuntando a una eventual discriminación.

Con todo, llama la atención que finalmente fue la Autoridad Sanitaria quien haya impuesto la obligación de imponer algún criterio de orden en una materia que le correspondía al municipio, en particular después del fracaso que significó la erradicación del comercio ambulante en el centro a fines del año pasado. Como se recordará, la ordenanza aprobada por la municipalidad -y que buscaba prohibir la presencia de los ambulantes en el centro- se convirtió en letra muerta prácticamente desde su entrada en vigencia, tanto por la ausencia de alternativas factibles para los comerciantes informales, como a la incapacidad de diseñar una estrategia que obligara al cumplimiento efectivo de la norma.

De las medidas ordenadas ahora por Salud depende buena parte de la contención del covid-19 en Puerto Montt. Se necesita del compromiso y energía de todas las autoridades para que se respeten, entre otros, el polígono y el distanciamiento social en las calles del centro.

La semana pasada se dio a conocer el estudio más completo realizado sobre las positivas implicancias económicas de la conservación. Más de cien economistas y científicos concuerdan en que la economía mundial se ve beneficiada con el aumento de áreas protegidas en tierra y mar, impulsando el crecimiento económico, proporcionando beneficios vitales y contribuyendo a una economía mundial resiliente.

Este importante informe encargado por Campaign for Nature, "Proteger el 30% del planeta para la naturaleza: costos, beneficios e implicaciones económicas", considera que la conservación de al menos 30% de la tierra y el océano del mundo reporta beneficios que superan los costos en, al menos, 5:1. Esto significa que por cada peso invertido en conservación, hay al menos cinco en retorno para la economía, reforzando la creación de parques nacionales como herramienta robusta que permite enfrentar la crisis de extinción de especies y la crisis ambiental del planeta, generar beneficios para la salud física y mental de las personas, así como la activación de la economía local y macro del país.

Entre sus autores está Anthony Waldron, el mismo investigador que ha analizado y comparado el presupuesto público de cada país para la protección y manejo de las áreas silvestres protegidas, y que ubicó a Chile entre el top ten de países que menos recursos destina a conservación, a pesar del avance en superficie protegida del país.

Este informe tiene varias implicancias a nivel nacional y regional. Entre ellas está la evidencia científica internacional que reafirma la relevancia de aumentar la protección de ecosistemas terrestres y marítimos y entregar mayores herramientas para el manejo de las áreas silvestres protegidas. Además, destaca la contribución que parques nacionales como Alerce Andino, Hornopirén, Pumalín Douglas Tompkins y Corcovado tienen para la protección de ecosistemas, para el bienestar de las comunidades aledañas y también para la salud y la economía total del país.

Entre los desafíos, está el desarrollo de mayor investigación local en esta materia, así como también analizar el aporte de las áreas remotas vinculadas a los parques al bienestar y dinamismo económico del país, descentralizando el debate y cambiando los paradigmas del modelo de desarrollo.

Eugenio Rengifo, director

de Amigos de los Parques