Primera víctima de coronavirus
La muerte del adulto mayor de 88 años en Puerto Montt debe forzar a un cambio de actitud entre quienes insisten en no respetar las normas sanitarias. Del cuidado de toda la población dependerá que la ciudad y la región logren zafar del temido peak de contagios que se espera pronto.
Con la muerte el miércoles pasado de un adulto mayor de 88 años en el hospital local, Puerto Montt se inscribió en el triste listado de aquellas ciudades en las que el implacable asedio del coronavirus ha provocado fallecimientos desde que llegara al país en el mes de marzo. La víctima estaba postrada y sufría de Alzheimer e hipertensión, enfermedades de base que complicaron su estado de salud y que obligaron a su internación dos veces en el recinto asistencial.
Esta muerte, dolorosa de por sí para sus familiares y cercanos, debería servir de recordatorio para todas aquellas personas que en la ciudad y la región siguen sin tomarle el peso a un virus altamente contagioso y mortal, como se ha demostrado a lo largo de todo el planeta. Contra la imagen de los esfuerzos denodados del personal de salud para aliviar a los pacientes del covid-19, muchos de ellos conectados a un ventilador mecánico, de reportes diarios sobre el avance de la enfermedad y carrozas fúnebres ingresando a los hospitales, se encuentra una legión de ciudadanos que hace caso omiso a las recomendaciones y advertencias de especialistas y autoridades, exponiéndose y exponiendo a otros a una infección que puede terminar desencadenando la muerte.
Poco han ayudado, hay que decirlo, las señales erróneas entregadas por los representantes del Gobierno en los últimos meses. La "nueva normalidad" y el "retorno seguro", con toda la positiva intención que tenían, proporcionó a la ciudadanía una falsa sensación de seguridad, a la que quizás colaboró también la temprana apertura de centros comerciales en algunas ciudades y la muy chilena costumbre de buscar atajos para saltarse las normas de uso de mascarilla, cuarentena y cordones sanitarios.
Hoy por hoy, el país, la región y Puerto Montt se aprontan a entrar a lo que serán, dicen, las semanas más complejas de la demanda asistencial por el impacto del covid-19. Hasta ahora, la red hospitalaria de Los Lagos ha soportado medianamente bien la demanda, pero si ésta aumenta a un ritmo mayor a lo habitual, el panorama cambiará de manera radical.