Frente anónimo contra el covid-19
Además del personal de salud, hay muchas otras funciones que merecen ser valoradas por la ciudadanía en estos tiempos de pandemia. De un amplio contingente de personas depende el funcionamiento de los hospitales, las tareas de limpieza y la cadena de suministros.
Si bien la lucha contra el coronavirus se viene dando principalmente en los hospitales, donde a diario médicos, enfermeras, paramédicos y kinesiólogos, entre otros, hacen múltiples esfuerzos por procurar cuidados tendientes a la recuperación de los pacientes que se infectaron con el virus y tuvieron un cuadro grave de la infección, también hay otros frentes donde, de manera casi anónima, se hacen importantísimas labores que de una forma u otra ayudan a enfrentar la crisis sanitaria que afecta al país desde los primeros días de marzo, cuando se notificó el primer contagio.
Entre estas labores, que muchas veces pasan desapercibidas, se hallan las que realiza el personal de aseo y limpieza de los hospitales, que exponiéndose a la misma carga viral de quienes luchan contra la patología, se esmera en sanitizar e higienizar los espacios para el trabajo médico, en una labor que no siempre es del todo reconocida. Relevante es también el trabajo de nutricionistas y personal de cocina, que elaboran los alimentos para los pacientes; secretarias, administrativos, guardias de seguridad, choferes de ambulancia, camilleros y, en general, el trabajo de todos quienes laboran en los hospitales.
A ellos hay que agregar la incansable labor de los recolectores de residuos domiciliarios, que día a día recorren las ciudades retirando la basura desde la puerta de las viviendas, una función silenciosa que no puede detenerse si se quiere mantener una urbe limpia y libre de las complejas consecuencias que trae la acumulación de desechos domésticos.
La lista es extensa, ya que son muchos los profesionales, técnicos u operarios que ponen sus manos y energías en función de un trabajo que busca cuidar a quienes se han visto contagiados, contener el avance de la enfermedad, permitir que la cadena de suministros básicos siga funcionando, o bien facilitar la vida de las personas en aquellas ciudades que no se hallan con prohibición de desplazamiento y cuya cadena productiva de a poco se pone en funcionamiento.
Por ello, además de valorar y agradecer a quienes realizan labores vitales frente a la pandemia, es imperativo colaborar con acciones concretas que vayan en la misma línea. La más básica de ellas es el respeto a las medidas impuestas por la autoridad.