Para sostener la restricción de movilidad a la que nos hemos visto expuestos en estos últimos meses, el sector agrícola no puede detenerse. Sin embargo, existe una desigualdad a la hora de movilizar la producción dependiendo del tamaño y del grado de organización de los productores para la inserción dentro de los mercados.
Si centramos la mirada en los pequeños productores, quienes concentran un 75% del total nacional en las regiones del Maule y Los Lagos, se observa que una de las principales limitantes para cumplir con este desafío es el traslado de su producción para la comercialización.
Si bien Indap ha realizado esfuerzos para facilitar el acceso de los pequeños productores a los mercados (CampoClic), las barreras sanitarias, el cierre de los mercados locales y el resguardo de la salud de éstos -no hay que olvidar este tipo de productores promedian 56 años-, han generado interrogantes con respecto a cómo avanzar.
Frente a este escenario se requiere, por lo tanto, de propuestas privadas y públicas que permitan construir redes de movilidad para la comercialización de productos de los pequeños agricultores a escala local. Desde la perspectiva privada, es preciso seguir promoviendo iniciativas de distribución que resguarden las economías locales y la sostenibilidad de la producción de la economía familiar campesina. Un ejemplo de estas iniciativas son los distribuidores a pequeña escala que se encargan de armar canastas para personas y familias que valoran el consumo de la producción local, orgánica y fresca.
Pero el desafío es aún mayor para las instituciones públicas, ya que se debe pensar y redefinir el valor que las regiones le darán a la producción local, siendo indispensable el gestar políticas de distribución de un sector que, por años, ha quedado rezagado y en manos de intermediarios que no aseguran, por un lado, la compra de sus productos frente a contingencias y, por otro lado, el pago de un precio justo que permita poner en valor el arduo trabajo de los pequeños y pequeñas productoras, como podría ser, por ejemplo, la venta de sus productos a la Junaeb, como ya ha sido propuesto por organizaciones de pequeños productores; así también de otras iniciativas que contribuyan la movilización de los productos de este sector.
Daniela Gac, investigadora
del Ceder de la ULagos