Calles inundadas
Bastaron unos cuantos milímetros de precipitaciones para que numerosas arterias de nuestra ciudad se vieran inundadas, tal como ocurrió en calle Antonio Varas, entre Ancud y Valdivia. Seguramente la basura que se acumula en los colectores impidió la evacuación de las aguas lluvias.
Juan Carlos Velásquez
Apertura de los mall
Abrir los grandes centros comerciales de Puerto Montt en estos momentos es irresponsable y suicida. La aglomeración de personas, la manipulación de productos y el uso común de las instalaciones e infraestructura comercial son factores que conllevan a mayores posibilidades de contagio en un momento en que la cifras de enfermos y letalidad no bajan en el país.
Nadie asegura que la distancia física al interior y exterior de estos centros comerciales se respete. No existe fiscalización pública o municipal a disposición de centros privados. Es iluso que con el sólo uso de mascarillas y alcohol gel se evitará la contaminación viral.
No está clara la responsabilidad de los dueños de establecimientos del retail y los dueños de los propios mall en caso del surgimiento de algún foco de contaminación al interior de sus establecimientos. ¿Existe alguna responsabilidad civil o penal al respecto?
Los artículos de los mall no son de primera necesidad a tal punto que expongan aún más la salud de los consumidores y de los propios trabajadores; por lo demás, dada la iliquidez del momento, los posibles compradores lo harán con las tarjetas de crédito, aumentando aún más la espiral de endeudamiento de las personas, precisamente uno de los hábitos a modificar pasado esta pandemia.
La única explicación para este apresuramiento es la influencia política y económica que ejercen sobre el Gobierno los empresarios, sin importarles el derecho constitucional a la salud de las personas de distintas edades.
Se trata de forzar una supuesta normalidad para que todo vuelva a ser como siempre: los consumidores detrás de las liquidaciones o rezagos veraniegos para dejar paso a los escaparates de invierno; los trabajadores presionados por sus sueldos en base a comisiones por ventas; los dueños de los mall justificando sus altos cánones de arriendo y las cadenas del retail buscando perder poco hoy para ganar mucho mañana.
Hernán Navarro Alvarado, presidente de Asociación de Consumidores Cider de Puerto Montt
Uso de mascarillas
Es impensable que un sinnúmero de personas no quieren usar la mascarilla de protección que es tan importante en el momento que se está viviendo. Al ser escépticos, sólo visualizan su dudoso punto de vista que aducen tener sin importarles el prójimo.
El tema está en que la mascarilla se considera un elemento casi vital, junto al lavado de manos. El pensamiento errado de las personas que no quieren colocarse una mascarilla en su rostro tan sólo simboliza su falta de amor a la vida y sus semejantes.
La mala actitud, la falta de conciencia, la rebeldía obstinada, grave ignorancia de una enfermedad terrible, juegan en contra de aquellos que con su negatividad son un peligro latente que transita en nuestras vidas y puede desembocar a la muerte. Hay que tener un mínimo de respeto por nuestra salud y la salud de los demás.
Frank Lambarri
Desigualdad en Chile
Lorna, de 90 años, es una mujer humilde que estudió y trabajó en secretariado y pagó toda su vida sus impuestos. Recibe como retribución 160.000 de pensión. No califica para recibir el Bono Covid-19 del Gobierno. Es para los más vulnerables, unos 2,7 millones de "compatriotas", dice el Presidente.
Y Lorna no lo es, aunque no tenga ni para su micro de regreso. Entre lágrimas, los conductores de televisión se conmueven por el gesto de un poblador anónimo que le pasa 100.000. No saben que la solidaridad es normal entre los que no tienen. Tal vez en su lujoso status no es necesaria o no existe.
Ismael, de 70 años, es un empresario que vende desde siempre automóviles de lujo. Incluso los blindados que usaban los militares. De suyo, puede viajar por el día a Zapallar en un helicóptero de 700.000 dólares. Sus ingresos le permiten tener residencias en varios lugares del país y viajar por el mundo. Por sus finanzas, es evidente que puede salirse de las normas sanitarias que se imponen a los demás, sin sanción hasta ahora.
Lorna e Ismael lo único que tienen en común es ser residentes chilenos. Dos mundos en un solo país que tiene ingresos por año de 22.000 dólares, supuestamente para cada ciudadano del territorio, según la magia de los economistas. A la luz de los hechos, está claro dónde van 20.000 y donde queda el resto por efecto "chorreo".
Es el Chile que revela el virus y que muchos dicen no existe. Los mismos que defienden el exitoso modelo económico y que no quieren cambios.
Gaspar Millas del Río