Cuando la hiperconectividad de los jóvenes a través de las redes sociales parecía un problema en sus procesos de aprendizaje, hoy en tiempos de covid-19 se abren como una oportunidad inherente a las medidas sanitarias y de autocuidado.

Si bien es cierto que esta nueva dinámica de aprendizaje "en línea" donde es fundamental el "distanciamiento social" ha evidenciado realidades entre los estudiantes a la hora de acceder a un computador o buena conexión a internet. Esto ha impulsado una nueva mirada de ver las redes sociales, ya que se deben poner al servicio de la educación, herramientas tan cercanas y prácticas para los estudiantes, como son Whatsapp e Instagram.

En esta dificultad valoramos el esfuerzo que realizan los equipos directivos y docentes de los liceos técnico-profesioonales por mantener activos sus procesos de aprendizaje en espacios virtuales o el trabajo del Ministerio de Educación para intentar aminorar esta brecha con la plataforma "Aprendo en Línea".

Por nuestra parte, realizamos una estrategia de trabajo con las empresas, gremios y algunos servicios públicos, para desarrollar distintas experiencias de aprendizaje en espacios virtuales, grabadas y en vivo, con el objetivo de que esta pandemia no nos impida seguir contribuyendo en el fortalecimiento de la educación técnico-profesional en el sur austral de Chile.

Agradecemos profundamente la respuesta que hemos recibido de los sectores productivos a pesar de estar pasando por momentos difíciles en su productividad, para continuar aportando a los procesos de alternancia y de aprendizajes virtuales de los estudiantes.

No podemos olvidar que, a pesar de estos esfuerzos, según datos entregados por el Mineduc, existen 380.000 niños y jóvenes de escuelas rurales, establecimientos insuficientes y/o que viven en zonas con bajo acceso a internet, con dificultades para estudiar en tiempos de pandemia. Donde además se suman realidades de pobreza multidimensional que bastante bien conocemos las organizaciones sociales que trabajamos con comunidades vulnerables en el país.

Eduardo Carmona, director

ejecutivo de ONG Canales

Cada una de las crisis por las que ha pasado la humanidad a lo largo de toda su historia, todas ellas con foco restringido a determinados territorios (a excepción, quizás, de la Segunda Guerra Mundial), hasta esta pandemia global, ha tenido la particularidad de sacar lo mejor y también lo peor de los hombres. Sometidos a condiciones extraordinarias, como está ocurriendo ahora en los cinco continentes, las personas terminan oriéntandose a lo bueno o a lo malo, casi sin matices, mezclándose ambos caminos con el instinto de supervivencia y la necesidad de cooperación, que es lo que le permitió al homo sapiens esparcirse por el planeta y multiplicar exponencialmente su desarrollo.

Por estos días, la región, el país y el mundo ha asistido por igual a aquellas escenas de sincero y profundo agradecimiento hacia el personal de salud que se expone en los centros hospitalarios, como también a los groseros episodios de discriminación de que son objeto estos trabajadores. Lo mismo se ve en empresas que hacen lo indecible por mantener en la nómina a sus funcionarios, como aquellas que recurren a las necesidades de fuerza mayor sin considerar mucho el faro de la responsabilidad social; o también en quienes dan lo mejor en sí en estas instancias, generando redes de colaboración ciudadana, frente a los que buscan obtener mezquinas ganancias.

En este escenario, no hay más que reconocer la ejemplar actitud que han tenido 60 estudiantes de los últimos años de la carrera de Medicina de la Universidad San Sebastián en Puerto Montt. En lugar de preferir quedarse cómoda y seguramente en casa en estos tiempos de cuarentena, han puesto a disposición del hospital de la ciudad, sus habilidades y conocimientos para sumarse, sin costo alguno, a la línea de combate frente al avance del covid-19. No recibirán remuneración alguna y las horas de trabajo no serán incluidas en su plan de estudios.

La humanidad continuará siendo puesta a prueba por un largo período más. Ojalá que abunde este tipo de ejemplos y que en esta crisis, en el saldo final, prevalezca lo bueno por sobre lo malo.