Cada vez es mas evidente que el mal llamado "estallido social" del 18 de Octubre, corresponde a un golpe de estado planificado por la izquierda golpista, que ha seguido paso a paso "el manual" de "golpe de estado blando" como lo describe GENE SHARP. Primera etapa: Llevar a cabo acciones que provoquen un clima de malestar social y promover intrigas y denuncias de corrupción. Segunda etapa: Desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos, acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el Gobierno.
Tercera etapa: Centrar la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales con manifestaciones y protestas violentas, amenazando las instituciones. Cuarta etapa: Realizar operaciones de guerra psicológica y de desestabilización, creando un clima de ingobernabilidad. Quinta etapa: Forzar la renuncia del presidente, sea como sea.
Esta última etapa comenzó a practicarse la semana pasada, por parlamentarios de la izquierda golpista, quienes abusando de la democracia que los llevó al poder, delatan ahora claramente estar del lado de la sedición. Debemos rechazar este plan perverso, cubierto por un manto de supuestas soluciones y bienestar social y que solo pretende la destrucción de nuestra República. Lo anterior debe unirnos, a todos los políticos de convicción democrática, tras la mas noble causa, que es ponernos a disposición de la patria y, con la mano en el corazón, defender nuestra libertad, nuestra paz social y con mas fuerza que nunca, defender nuestra tradición democrática. Con esta única bandera de lucha hacer frente al llamado de unos pocos a la subversión, a la acción violenta e inconstitucional, en contra de la institucionalidad y en contra del Presidente legítimamente elegido por la mayoría de los chilenos.
Al gobierno por su parte, le corresponde actuar con mano firme y decidida para descubrir a los golpistas y aplicarles las penas de la sedición. Sin valores y principios éticos, ni la democracia ni el estado de derecho pueden subsistir; por ésto, los ciudadanos todos, independientemente de su color político, estén a favor o en contra del gobierno de turno, la Cultura Democrática, que hemos construido por siempre, debe unirnos: cerremos filas en defensa de la institucionalidad democrática, para que la democracia y el estado de derecho sobrevivan y persistan como instrumentos que garantizan la paz y evitan la violencia.
Que sigan operando como mecanismo de cambios de gobierno, de toma de decisiones y de defensa de los derechos políticos y ciudadanos.
Harry Jürgensen. Diputado por Osorno y Puerto Varas.