No cabe duda que el 18 de octubre de 2019 marcó un hito en Chile. Uno multifactorial y del que podemos sacar muchas lecciones. Quizá la más importante es que nunca debemos olvidar la importancia de escucharnos y de empatizar. Gran parte de la solución radica en entendernos en nuestros contextos y tener visión colaborativa para alcanzar acuerdos. Aquí, la comunicación juega un rol clave.

Antes, la comunicación era entendida como una acción unidireccional donde un emisor hablaba a un receptor pasivo, sin embargo, esto ya no es así. Hoy, lo más importante en el proceso comunicativo es la multidireccionalidad, donde el emisor emite un mensaje y su receptor le responde. Por eso, las organizaciones deben enfocarse en comunicar, en poner en común lo que hacen, sus impactos y hablar de frente con las comunidades, abiertos a escuchar.

La industria del salmón es una de las más relevantes del sur austral. En los últimos 35 años ha generado una transformación silenciosa e inédita, trayendo desarrollo, descentralización, integrando a la mujer y a los jóvenes al mundo laboral. Podría seguir enumerando los factores de éxito de esta actividad, pero quiero reconocer algo en lo que hemos fallado: muchas veces no supimos explicar nuestra actividad y dejamos de escuchar.

En los últimos años hemos tratado de remediar esa falta de comunicación a través de la transparencia, el diálogo y el compromiso regional. Hoy contamos con representantes de SalmonChile en cada una de las regiones salmoneras. Ellos hablan, escuchan y buscan soluciones para las comunidades, enfocados en que la salmonicultura es parte del tejido social del sur.

En 2019 lanzamos nuestro IV Informe de Sustentabilidad, donde mostramos los principales indicadores medioambientales y sociales de la salmonicultura. Este ejercicio de transparencia nos ha servido para comunicar y mostrar el desempeño de nuestra industria en diferentes ámbitos, ya que estamos convencidos que todos deben poder saber de esta actividad y conocer cómo se comporta con su entorno.

En 2020, el gremio continuará su trabajo de construcción de capital social, potenciando una agenda socioambiental, que nos permita aumentar nuestro arraigo territorial y seguir uniendo a los productores, a los proveedores, a los trabajadores y a las más de cuatro mil pequeñas y medianas empresas entorno a la actividad. Hemos avanzado mucho en estos últimos años, pero queremos seguir mejorando, siempre escuchando y trabajando de la mano de nuestros vecinos y trabajadores.

José Joaquín Valdés, director de Comunicaciones

y Asunto púbicos de SalmonChile

Comenzó marzo, y con él, vuelve a flotar en el ambiente aquella sensación de crispación en que parece haber sumido al país desde el pasado 18 de octubre, cuando el estallido social hizo patente la serie de brechas que se han ido acumulando en el país en los últimos años y que no fueron lo suficientemente abordadas por los distintos gobiernos. Frente a la inminencia del plebiscito constitucional del próximo 26 de abril, con una campaña electoral ya desatada, y la discusión en torno a las respuestas que el Gobierno ha dado a las demandas sociales expresadas, es vital que el debate mismo, tanto el que se hace entre los actores políticos como el que cultivan los ciudadanos en los ámbitos de la familia, centros de estudios o trabajo, se dé en un marco de sana convivencia en que primen los valores de la tolerancia y el respeto.

Hasta ahora, lamentablemente, ello no ha ocurrido. Aunque hay quienes han intentado llamar al diálogo y a aceptar las legítimas diferencias, parecen prevalecer los afanes de anulación del contrario, en una triste demostración de lo mal que le hace al país la construcción de arquetipos que llevan hacia el prejuicio. El debate por el plebiscito constitucional debiera estar dominado por las cuestiones de fondo que tiene que decidir el país en razón de su ordenamiento político y económico, en lugar de la burda desacreditación de quien piensa distinto.

Hoy por hoy, las calles y las redes sociales ofrecen más lo segundo que lo primero, lo que se constituye en un pésimo antecedente para el ejercicio democrático que necesita desarrollar en todo el país durante este año. Si los grupos que componen la sociedad no logran dialogar de manera civilizada y, por el contrario, prefieren enarbolar sus propias ideas como si fuesen una verdad revelada, el saldo será una nación fracturada y débiles bases para cualquier cambio que se pretenda realizar en el futuro.

Marzo es un mes vital para el Chile del mañana. Es indispensable erradicar cualquier asomo de violencia en las calles, incluso en las redes sociales, para que el debate sobre el futuro sea fructífero y con la suficiente legitimidad para el momento que vive el país.