El 86% de los niños entre 10 y 13 años tiene celular propio y la mitad reconoce haber tenido contacto con desconocidos a través de él. Esos son algunos de los datos que arrojó la encuesta "Radiografía Digital 2019", presentada hace unos días por los ministerios de Desarrollo Social y de Transportes y Telecomunicaciones.
El sondeo fue aplicado a 5.500 niños y adolescentes de la Región Metropolitana, con el propósito de conocer su comportamiento en Internet y uso de las redes sociales. Y como se podía esperar, los resultados mostraron que la relación de los menores con esta tecnología es casi una regla general.
En efecto, nadie podría declararse sorprendido al saber que la vinculación de los menores con los celulares comienza cada vez a más temprana edad y se desarrolla, la mayoría de las veces, con amplios parámetros de libertad, aspecto en el cual radican los principales peligros.
Es un hecho que las redes sociales, internet y ciertas aplicaciones de juegos online, sobre todo aquellas en las que se crean comunidades virtuales, encierran ciertos peligros, sobre todo para los niños.
La encuesta conocida esta semana advierte sobre aquello, al establecer por ejemplo que el 7% de los menores consultados ha sufrido ciberbullying y el 28% ha sido testigo de acoso por internet. Además, el 40% ha encontrado material grosero o contenidos falsos disponibles en la red y el 54% interactúa frecuentemente con personas que no conoce.
Es evidente que los celulares se han convertido en artículos de uso diario para nuestros hijos e hijas, y no es la idea demonizarlos. En ellos encuentran música, entretención y un canal para comunicarse con amigos y compartir todo tipo de experiencias, pero nada de eso puede hacernos perder de vista que su uso excesivo o sin acompañamiento supone riesgos.
Hay que aspirar a que los niños y niñas se vayan educando en el uso de Internet al mismo tiempo que inician sus primeros contactos con esta herramienta. En el fondo, es enseñar a usar las tecnologías y no permitir que se lancen a ellas sin los resguardos necesarios. La tecnología nos abre un mundo infinito, y es nuestra responsabilidad que sea un mundo seguro.