Marcelo Galindo
"Ya se han cumplido ciertas cosas, se ha ordenado lo que es la economía y se han iniciado procesos de investigación que era necesario realizar y que la Santa Sede tenía conciencia que había que hacer", afirmó el administrador apostólico, padre Ricardo Morales, quien entregará la arquidiócesis de Puerto Montt al recientemente nombrado arzobispo, monseñor Fernando Ramos.
El padre Morales estuvo un año y medio en la capital regional y llevó adelante diversos procesos, relacionados con sacerdotes presuntamente implicados en casos de abuso sexual contra menores e incluso -en otros hechos- en irregularidades de tipo económico.
Reconoce que fue una misión compleja, pero era algo que había solicitado la Santa Sede y que incluso fue negado por otro sacerdote, a quien se le había solicitado que cumpla con este trabajo en Puerto Montt.
Orden
El padre Morales, de la congregación Orden de la Merced, reconoció que recibió la ayuda de muchas personas, permitiendo ello ordenar la Iglesia en Puerto Montt.
"Yo vine a Puerto Montt a cumplir con un servicio muy acotado, con indicaciones muy expresas de la Santa Sede y eso fue lo que traté de hacer, entonces no correspondía que me mantuviera acá, porque era necesario que verdaderamente asumiera una persona que encontrara a la diócesis en una parada distinta", adujo.
El sacerdote reconoció que la ayuda de los feligreses y cercanos a la iglesia Católica fue fundamental en esta etapa.
"Humildemente, puedo decir que con la ayuda de muchas personas, hemos podido ordenar la economía de la Arquidiócesis, porque de números rojos pasamos a azules, con proyecciones de poder mantener a los sacerdotes. Antes que llegara, a ellos no se les daba ningún peso, y ahora a los sacerdotes se les entrega una cantidad de dinero, que no es mucho, son 100 mil pesos. Y es algo que le ayuda más que sea para la bencina. Ello está con proyecciones de poder aumentar en un tiempo más", aseguró el religioso.
-Padre, ¿cuáles son las mejoras conseguidas?
-Ya se han cumplido ciertas cosas, se ha ordenado lo que es la economía y se han iniciado procesos de investigación que era necesario realizar y que la Santa Sede tenía conciencia que había que hacer. Por lo tanto, quien llega ahora, que es monseñor Fernando Ramos, va a cumplir una labor total y específicamente de pastor, de ser verdaderamente lo que Cristo quiere, que acoja y escuche a todos, y que esté disponible. Yo creo que ello es muy bonito, porque para la gente es necesario que el pastor sea esa persona que está allí para escuchar y acoger.
-¿No pensó en quedarse en la Iglesia en esta zona?
-No, por nada del mundo, porque la misión que yo tenía era muy específica. El Santo Padre me encomendó algo muy concreto y es lo que traté de hacer. Y frente a eso, en concreto, uno cumple la misión y cuando ya ha avanzando en ella tiene que ser relevado de la responsabilidad del servicio que se le pidió. Uno en la Iglesia tiene que estar dispuesto al servicio. Yo soy religioso de la Orden de la Merced y me enseñaron, desde que ingresé, que uno tiene que estar disponible para lo que se le pida con mucha generosidad. Cuando me pidieron venir a Puerto Montt, lo acepté cuando se le había pedido a otro sacerdote que no quiso venir, por amor a la Iglesia, porque la idea era ayudar.
Mi permanencia era transitoria y lo dije desde el primer momento. Yo estoy aquí como el primer día, pero también como el último, y cada día para mí era el primero y el último, y en esa perspectiva lo planteé siempre.
-¿Y usted, qué hará, padre; vuelve a su comunidad?
-Yo retorno a mi comunidad religiosa de la Orden de la Merced en Santiago y mi interés es tomar un tiempo de descanso, hacer un buen retiro de unas cuantas semanas, airear el espíritu y después retomar estudios que he estado haciendo en teología en la universidad. Quizás, volver a hacer clases a la Facultad de Teología de la Universidad Católica, y estar a disposición de lo que diga mi superior, mi Provincial (quien encabeza la Orden de la Merced), a lo que él disponga.
-¿Qué le diría a la comunidad católica de Puerto Montt y la región. Le diría que confíen en la iglesia?
-Si pudiera decir algo a la comunidad, es que recuperen, cuiden y hagan crecer la fe que tienen en la Iglesia y en Jesucristo, porque Él está en la Iglesia. Les diría que recuperen y fortalezcan esa fe en Jesucristo, de múltiples maneras, participando en coros, actividades sociales, en las visitas a enfermos, en las labores del Hogar de Cristo, participando en las fiestas patronales y religiosidad popular. Invitaría a recuperar, revalorizar y profundizar esa devoción que la gente que tiene aquí, que es muy fuerte, y los invitaría humildemente a recuperar y valorar. Cuando me ha tocado visitar comunidades rurales y ver las fiestas patronales, los cantos y tradiciones, es un valor muy grande que tiene la Arquidiócesis de Puerto Montt, en los alrededores y en sus zonas rurales.