La participación del buque de la Armada brasileña Maximiano Polar Vesselde, en la tragedia aérea del Hércules C-130, dejó a la vista de la opinión pública algo que se vive en los accidentes que se producen en el océano y donde los barcos que están en la zona actúan.
Nos parece interesante compartir contigo algunos detalles sobre este código de hermandad. Es algo que tiene que ver con la esencia de la Marina Mercante. La naturaleza de esta actividad comprende el concepto de hombre en el agua. Eso puede pasar cuando se navega, y la actitud siempre es la de ayudar a otras embarcaciones que están siniestradas, para salvar las vidas humanas como prioridad.
Con el paso del tiempo, esta solidaridad en el mar se normó a nivel internacional. El procedimiento se instauró en la tradición marítima y en el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (Convenio SOLAS) de 1974, para luego formar parte de la "International Convention on Maritime Search and Rescue (SAR)", convenio internacional sobre búsqueda y salvamento marítimos, suscrito en Hamburgo el año 1979. Un plan internacional de búsqueda y salvamento, que precisa que independiente del lugar donde ocurra un accidente, el salvamento de las personas que requieran auxilio es coordinado por una organización de búsqueda y salvamento y, cuando sea necesario, mediante la cooperación entre organizaciones de búsqueda y salvamento vecinas.
Es en este punto, donde participan las naves que en general están más cerca, siempre y cuando su actuación no implique un riesgo para su tripulación y el mismo barco. En el caso de nuestros asociados, ellos han participado en diversos casos de naves siniestradas y han podido aportar en el salvataje de vidas humanas.
Sabemos también lo que se siente, cuando es uno de nuestros barcos con pasajeros y tripulantes a bordo, el que llama para pedir ayuda. Por eso, hablamos más que de la puesta en práctica de un convenio o normativa, de una real solidaridad en el mar.
Manuel Bagnara Vivanco.
Gerente General Armasur AG