Nuestro Chile
Después de los amargos días que han transcurrido a lo largo de casi todo nuestro país, sólo cabe preguntarse por las razones para que esto sucediera, cuando a nadie se le pudo haber pasado por su mente que pasara algo igual, salvo a quienes desde las sombras lo tenían planificado. Porque no puede ser casualidad que, en forma simultánea, se incendien 19 estaciones del metro en Santiago y tampoco puede ser casualidad que en las carreteras se hayan destruido las plazas de peaje y para qué mencionar los saqueos y destrucción de supermercados y comercios en diferentes ciuda-des de nuestro Chile.
Lo mas grave de todo es que, por lo que vemos a través de la televisión, en gran parte de la clase política no existe el menor propósito de dar un corte a esta situación, amparándose en la gran desigualdad que existe en el reparto del ingreso. Al respecto, recuerdo que en el gobierno anterior, la Sra. Bachelet pregonaba que estaba muy preocupada de mejorar este problema. Sin embargo, cuando se producían los reajustes salariales, estos se hacían por igual para todos los sueldos, cuando lo lógico y aconsejable era que fuera en forma escalonada y sólo hasta cierto nivel.
Esto significó que en vez de achicarse la brecha, esta se aumentó en forma sideral. Así fue que para los sueldos menores, el reajuste podía ser de dos cifras y para los mayores, de tres y hasta cuatro cifras. Ahora que el Presidente Piñera ha manifestado el propósito de rebajar los sueldos de los funcionario públicos, parlamentarios y miembros del poder judicial, el ideal sería que todas las granjería de que gozan les sean eliminadas. Me parece que una buena idea sería que todas estas remuneraciones fueran calculadas en sueldos mínimos, así, la dieta de un diputado no debiera ser superior a diez sueldos vitales y para un senador doce sueldos mínimos. De esta manera, los parlamentarios tendrían la oportunidad de mostrar su verdadera vocación de servicio.
ALDO FORNO BAS.
¿La Suiza de Latinoamérica?
El modelo económico chileno tiene como saldo una profunda desigualdad, con brechas socioeconómicas de las más profundas en la región. Puertas para afuera, Chile es la Suiza de Latinoamérica, con datos macroeconómicos estables, cuentas saneadas, orden y modernidad. Pero, puertas adentro, aún existen niveles no despreciables de miseria, un sistema de protección casi nulo y una enorme desigualdad social. La cifra oficial de pobreza es del 8,6%; sin embargo si se computan sólo los ingresos del trabajo y las pensiones contributivas, la tasa alcanza el 29,4%.
Aunque algunos quieran negarlo, existe una realidad en la que cualquier imprevisto para una familia de clase media o trabajadora, la puede llevar a una catástrofe económica, todo eso es lo que no se ve de las grandes cifras. En Chile, el mercado lo invade todo (salud, vivienda, educación, transporte, pensiones, el agua, la luz, etc.), la población está obligada a pagar por todo y a endeudarse debido a que los salarios son muy bajos, por lo que cualquier subida en los precios de estos bienes o servicios pone en máxima tensión a esos ingresos.
Con dos dedos de frente, nadie debiera preguntarse, ¿por qué llegamos a este nivel de descontento? Súmele a eso una clase política que no te representa, que está desconectada de la gente, porque vive sometida voluntariamente a los lobbies, y que subyace en una constante impunidad. Como país, hemos disminuido la pobreza pero no la desigualdad. Según Branko Milanovic, economista del Banco Mundial, "los ricos de Chile tienen el ingreso de los ricos de Alemania y los pobres el de Mongolia". No se está reclamando el modelo económico per se, sino por ¿cuánto me toca a mí y a mi familia? La distribución es el gran problema de políticas neoliberales llevadas al extremo, y hoy en día el PIB percápita es un indicador obsoleto en economía, porque es sólo un número, y como tal, una mera idealización de la realidad. ¡ No es la realidad !
Finalmente, si en el corto plazo sólo se toman medidas parche, en un año más la fuerza de las protestas podrían multiplicarse y tal como ocurrió ahora sólo bastará una chispa, porque, sin justificar la violencia, ya quedó claro que no fueron los 30 pesos; sino el aguante de más de 30 años.
MBA W. PIER MAGUIÑA ROJAS. Universidad del Desarrollo.
¿Cambio constitucional?Concebir una nueva Constitución es una medida incongruente para solucionar los problemas de la reciente crisis social en Chile. El hecho de realizar una Asamblea Constituyente, bajo el concepto de que la vigente no representa ni vela los intereses pueblo.
Pocos recuerdan que nuestra Carta Magna se ha reformado en numerosas ocasiones, durante la transición a la democracia y en la actualidad, sufriendo de tal manera un proceso de "democratización". Se inicia con el plebiscito nacional de 1989, manifestación directa del pueblo, la cual involucró 54 reformas, demostrando que no es igual a la promulgada en 1980.
Los cambios Constitucionales han sido profundos, como lo fue la reforma de carácter sustancial el 2005. Han sido capaces de asegurar grandes avances hacia la democracia, como el pluralismo político. Nuestra Constitución Política goza de estabilidad y es por tal razón su vigencia y por qué ha regido por casi cuatro décadas sin existir algún quiebre institucional.
CARLOS P. GONZÁLEZ. Estudiante Universidad Adolfo Ibáñez.
Colonos alemanes
A mediados del siglo XIX, llegaron los primeros "colonos alemanes". Individuos que, ante la oferta del Estado de Chile, decidieron viajar meses en barco para ayudar a aquel país tan alejado de su propia tierra natal.
Luego, a más de 165 años de su llegada, la comunidad chileno-alemana es la responsable de la creación de clubes sociales, colegios, iglesias, clínicas, clubes deportivos, compañías de bomberos y muchas instituciones más. Por lo mismo, resulta impresionante que existan personas que se olviden de todos los aportes que han hecho los chileno-alemanes a este país; parece ser que aquéllos que viven en la ignorancia y que osan de escribir "afuera colonos alemanes" creen que comunidades que han adoptado a Chile como su propio país y al que han dedicado generaciones de sudor y sangre, no lucharán por el recuerdo de sus ancestros.
ROLF KONRAD MÖLLER-HOLTKAMP JAEDERLUND.