En esta fecha especial del Día del Profesor, -junto con saludarles con el mayor cariño y respeto-, debemos reconocer que como sociedad hemos sido injustos e ingratos con nuestros abnegados maestros. Que lo que reciben de ella es indigno de la generosa inmensidad de su aporte en la formación -indispensablemente útil y patriótica- de generaciones de chilenos. Una nobilísima tarea, tantas veces realizada en condiciones adversas, en medio de carencias y sacrificios, pero con la mística del docente, cuya profunda vocación muchas veces lo lleva al heroísmo en el cumplimiento del sagrado deber de educar al porvenir de la patria.
Una deuda histórica no cumplida, precarias remuneraciones, sobrecargas de trabajo administrativo que debilitan la actividad docente, horas de descanso dedicadas a la preparación de clases, tibia colaboración de padres y apoderados, y un -a veces- escaso estímulo directivo, entre otros factores que atentan contra la eficiencia pedagógica que sería plena en otras condiciones, son escollos hasta ahora insalvables para nuestros apreciados maestros. Y a pesar de lo cual, muchos siguen sintiendo la pasión de enseñar con la misma fuerza de aquellos recordados profesores normalistas, cuyo ejemplo vocacional y de entrega a la docencia, hizo época, historia y humanidad.
Hoy, cuando se habla de la necesidad de mejorar nuestra Educación y sus sistemas, lo verdaderamente prioritario es comenzar por preocuparse más a fondo de los docentes, que son los pilares que la sustentan y dan vida. Cumplir los compromisos con ellos, apoyarlos en su perfeccionamiento, dignificarlos socialmente, vigorizar su misión magisterial, estar siempre animándoles a superarse.
Sólo así, -en dignidad y valorizados como corresponde-, los maestros podrán desplegar con alegría y optimismo esa gran pasión de su vida que es enseñar a las juventudes. Y no sólo en la transmisión de materias y conocimientos, sino también -y sobre todo- en su formación como buenas personas, responsables, honestas y humanitarias.
Bien el Profesor, bien la Educación.