Lago Llanquihue
Todo el "ocultamiento", "negacionismo", "nula inversión", "cantinfleo", "inoperancia", "muñequeo", "victimización", "culpar a otros", y un largo etcétera que vivieron en Osorno por largos 10 días lo ha vivido por años nuestro gran lago Llanquihue. Por suerte, dentro de pocos días hablará por el lago y la ciudadanía el Tercer Tribunal Ambiental.
Marcelo Salazar Vallejos. Concejal de Puerto Varas.
La tregua
La tregua que se dieron Estados Unidos y China, respecto a la guerra comercial que están sosteniendo, sin dudas que es una buena noticia, ya que al menos posterga por un tiempo una profundización de este conflicto. Cabe recordar que los norteamericanos impusieron un aumento arancelario de hasta un 25% a la entrada de productos chinos, por un valor aproximado a los US$ 250 billones, a lo cual los asiáticos respondieron con un incremento arancelario similar a los bienes importados desde Norteamérica, por un monto aproximado de US$ 110 billones.
Parte de este acuerdo también resulta beneficioso para el gobierno de Donald Trump, ya que algunas industrias norteamericanas ya están sintiendo los efectos de esta guerra comercial. Una de ellas es, por ejemplo, la automotriz, la que se está viendo afectada por mayores costos del acero y aluminio, y menores ventas en China, así como también algunas empresas del sector de alimentos y bebidas. Dentro de las razones para pactar esta tregua se encuentra la creciente presión de parte de empresas americanas e internacionales para terminar con esta guerra, por el simple motivo de que les está haciendo daño.
En términos políticos, queda claro que esta tregua le acomoda a Trump, pues estaba poniendo en riesgo su reelección, ya que los aranceles impuestos a los bienes norteamericanos se enfocaron netamente en productos agrícolas, cuyos productores son su más fiel electorado. Sólo resta ver qué tan bien le resulta la jugada a futuro.
Julio Nielsen, gerente División Internacional de Nuevo Capital
Tristemente líderes en VIH
En sus comienzos la epidemia del VIH/SIDA causó tal nivel de impacto en la población que hizo que la mayoría de los gobiernos tomaran medidas preventivas activas respecto del control, tratamiento y prevención de esta infección. Lamentablemente con los años y el surgimiento de terapias antirretrovirales se ha creado en la población una incorrecta sensación frente a esta enfermedad en términos de percibirla como una enfermedad más, de baja importancia y alejada de nuestra realidad y entorno.
Esto último es particularmente crítico en Chile, en donde la población no identifica la infección por VIH/SIDA como una patología endémica y por tanto no asume conductas preventivas necesarias para evitar el contagio de esta importante infección. Hace más de un año señalé en una columna de opinión que lamentablemente el aumento en el número de casos de VIH/SIDA en Chile iba a seguir por cuanto teníamos malos indicadores en otras infecciones de transmisión sexual, particularmente la prevalencia de gonorrea es un potente indicador de prevalencia de otras infecciones de transmisión sexual, y en Chile en los últimos años cada vez teníamos más casos de gonorrea.
El año 2018 la tasa de gonorrea superó 36% a la del año 2016. Hoy ya se entregan datos que apuntan en esa dirección, el aumento del VIH/SIDA en Chile según la ONU es una tendencia que nos posiciona como el país dentro de la región que lidera el número de casos nuevos. Si bien es cierto que se han hecho esfuerzos por aumentar el diagnóstico de VIH/SIDA no es menos cierto que seguimos sin una política pública de Estado que oriente sus esfuerzos hacia donde en definitiva se permita romper la tendencia alcista, no se trata de proponer algo nuevo sino solamente mirar las experiencias exitosas en otros países, se trata por tanto de apuntar a la educación como eje central de cualquier campaña preventiva, dejando de lado temas como la libertad de conciencia y/o de enseñanza que han sido utilizados como excusas para desarrollar campañas preventivas educativas integrales que hablen temas de género, diversidad, discriminación y estigmas, sin juicios de valor, sino con un solo objetivo transparentar la sexualidad, sus riesgos y la responsabilidades asociada a ella.
Lamentablemente la era de las comunicaciones nos ha sorprendido como sociedad y mientras nuestros líderes sigan discutiendo que es lo mejor para el país sobre la bases de viejos paradigmas, situándose por tanto en trincheras opuestas e imposibilitando acuerdos nacionales, nuestros niños y jóvenes seguirán recibiendo información equivocada derivada muchas veces de su propia búsqueda que les es permitida y favorecida en esta era digital.
Jaime Schifferli, director carrera Tecnología Médica. Universidad Santo Tomás Puerto Montt