Se puede considerar la emigración como un fenómeno social en virtud del cual una persona abandona voluntariamente el país en que reside para trasladarse a otro distinto, con el fin de mejorar su nivel de vida por medio del trabajo. La decisión de migrar es tomada libremente por la persona por "razones de conveniencia personal". Así, este término se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras de mejorar sus condiciones sociales y materiales. El desplazamiento de personas es una realidad del mundo contemporáneo a la que Chile no ha estado ajeno a lo largo de su historia. Los antecedentes más antiguos de inmigración en Chile se remontan a la Colonia. Durante el siglo XIX y parte del siglo XX hubo inmigraciones de árabes, judíos, británicos, italianos y, en esta zona, de alemanes. Mediante una política de inmigración selectiva, y fundamentalmente europea, se pretendió consolidar focos de desarrollo en regiones apartadas de baja densidad poblacional. A mediados del siglo XIX se aprobó una ley que otorgaba una cantidad de tierra a los colonos alemanes que se instalaran en la zona sur.

Es así como antes Chile invitaba y otorgaba beneficios a quienes quisieran venir a poblar nuestras tierras y, tal vez de ahí, nace la bella canción: "...y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero".Hoy, sin embargo, se nos dificulta muchas veces, seguir tarareando dicha canción, debido a que nos hemos encontrado con un aspecto de nuestra manera de ser que desconocíamos: discriminadores y poco acogedores, mirando al inmigrante despectivamente, dejando de acoger sus miedos y sus necesidades. Ha resultado difícil la inclusión de las personas que han buscado aquí un lugar digno donde vivir.

Las razones de fondo que motiva la migración son sabidas: pobreza, falta de empleo, falta de los Derechos Humanos básicos. Son personas que de alguna manera no resisten más la situación que están viviendo y sufriendo en su patria. Esto los lleva a emprender una tarea a veces titánica, como es irse en busca de mejores horizontes con la esperanza de tener una mejor calidad de vida.

Magdalena Bravo Lira.

Puerto Montt, con el paso del tiempo, a través de sus ya célebres Temporales Teatrales, se ha ido transformando en un verdadero gran bastión del arte escénico nacional y de proyección internacional. Al punto de que al mencionar a Puerto Montt , instantáneamente surge la imagen de la disciplina teatral aquí cultivada y difundida cada vez con mayor pasión y dedicación.

Valga la introducción de este editorial, referida al plan de acción "Fortalecimiento del Teatro Escolar Año 2019", que por segundo año consecutivo impulsa en nuestra ciudad puerto la Dirección de Educación Municipal, que procura promover la práctica teatral entre los alumnos de las escuelas y liceos municipales de la Comuna de Puerto Montt, como así lo puntualizan sus organizadores. Uno de ellos, el coordinador del programa, el profesor Jaime Gómez Toledo, de vasta experiencia directiva y docente en cuanto al teatro escolar y vocacional.

Este proyecto, destinado a vigorizar el arte de las tablas desde sus cimientos con los niños y jóvenes estudiantes, considera encuentros teatrales de enseñanza básica, en noviembre, en la Carretera Austral, Alerce, Mirasol, Urbano Centro y Sector Alto. Y en diciembre, con la enseñanza media. Una gran tarea que tendrá su culminación, con un especial evento teatral final, en el Diego Rivera, el 4 de diciembre.

Cabe consignar que en la formación escolar, el aporte del arte del teatro hace una relevante contribución al desarrollo de la personalidad y talentos de los niños y adolescentes. No en vano, el teatro es apreciado como una de las expresiones artísticas más completas y puras en la comunicación de los seres humanos. Donde se entretejen la imaginación, la sensibilidad, la expresión corporal, la sociabilidad, la disciplina, el entorno y las capacidades de asombro.

Precisamente, la promoción del teatro en la niñez era una de las carencias que se reprochaba a Puerto Montt, pero que ya superó. Y ojalá se gane también un espacio en los próximos Temporales Teatrales, para apreciar ese resurgimiento vital.