Cuando el Presidente Sebastián Piñera impone desafíos enormes a su Gobierno, se puede contar con una certeza: pondrá dedicación. Probablemente, al evaluar el primer año de gestión de su segunda administración queden problemáticas por resolver, y es lógico que así sea. Desde un principio la tarea propuesta se orientaba a ordenar la casa, y acto seguido priorizar los asuntos más sensibles para el país. Resolver la migración desatada, reestructurar las fuerzas de orden público y la reactivación económica tras cuatro años de estancamiento evidentemente son materias a resaltar a la hora de hacer un balance. Lograr crecer a un 4% y crear 200 mil empleos de buena calidad representan información que hasta los más enconados opositores tendrán que admitir como mejora respecto al 1,5% que había en la administración pasada. Este Gobierno no pierde la brújula respecto sus compromisos. Los 5 grandes Acuerdos Nacionales en los cuales se comenzó a trabajar intensamente desde que se asumió en 2018, demuestran foco en temas que son de interés para la ciudadanía: Seguridad Pública, Infancia, Paz en la Araucanía, Salud y Desarrollo Integral. Mejorar las pensiones de todos los jubilados e implementar una modernización tributaria son tareas a las que se abocará durante el presente año este Gobierno, pero también avanzar en modernización laboral, fortalecer el transporte público y avanzar en los compromisos de la Agenda Mujer, forman parte de los desafíos trazados. Desde mi prisma, coincido con que para garantizar un clima político-social de unidad se debe favorecer el diálogo desde todos los sectores. De lo que se trata es de que Chile siga hacia adelante por la senda de las mejoras, modernidad y oportunidades, y no debemos perder de vista ese propósito primordial del que todos somos parte. Temas relacionados con la crisis de Venezuela o la Iglesia Católica también han sido materia donde este Gobierno ha dado la cara.

El desarrollo integral, inclusivo y sustentable tiene que ser el único camino al que transitemos en diálogo y bajo la bandera de los acuerdos, eso debe ser nuestra contribución al Presidente Piñera, para el beneficio de chilenas y chilenos.

Javier Hernández Hernández.

Diputado (RN) de la República. Región de Los Lagos.

La seguridad pública en Puerto Montt sigue siendo una de las prioridades de la población y visitantes; más todavía, si la ciudad-puerto aspira a establecer hegemonía turística sur-austral.

Por lo tanto, toda gestión y esfuerzo que se concrete, tras esos objetivos de protección ciudadana, son bienvenidos por la comunidad. Como lo es la reciente inversión municipal, superior a los 316 millones de pesos, que se acaba de materializar en la adquisición de 2 vehículos y 25 nuevas cámaras de televigilancia. Las cuales se instalarán estratégicamente en el sector alto, Avenida Presidente Ibáñez; en la Puntilla Tenglo, en Angelmó y en Pelluco. Forman parte avanzada en los planes de proveer a la capital regional de a lo menos unos 150 de estos implementos de resguardo. A los cuales se unirán vehículos, que cumplirán tareas de prevención en el centro urbano porteño las 24 horas del día.

Desde luego, que la señalada es una labor de apoyo a Carabineros y PDI, con quienes mantendrá la debida coordinación la Subdirección de Seguridad Pública y Riesgos de la Municipalidad.

Con la finalidad de que el apoyo de vigilancia de las video-cámaras, sea del todo eficiente como medio de prueba de los hechos delictuales y herramienta inhibidora del accionar antisocial, estas serán ubicadas de acuerdo a la decisión que adopten los propios vecinos. Pues, ellos conocen mejor nadie los sectores más vulnerables y peligrosos, donde estos equipos pueden funcionar con mayor eficiencia contra la delincuencia.

Conviene tener en cuenta también la necesidad de iluminar mejor las noches de la ciudad. Contexto en que llama mucho la atención de los visitantes, la oscuridad en que se encuentran algunos sectores céntricos. Les inspira temor y les desanima de recorrerla, perjudicando el vigor económico que debiera generar el turismo con atracciones vespertinas.

Sobre todo, la avenida costanera, por su cercanía a la bella bahía y a la gran isla, tendría que lucir resplandeciente por las noches como la gran atracción puertomontina, frente a la luminosa Cruz de Tenglo. Seguridad y turismo van de la mano.