Un laico y un sociólogo analizan trasfondo de protesta contra Morales
ADMINISTRADOR APOSTÓLICO. El fin de semana hubo apoyo a sacerdotes denunciados ante el Ministerio Público.
La única manera de esclarecer todos los hechos que han dañado la imagen de la Iglesia, en los últimos tiempos, tienen que salir a la luz pública, lección que hereda la comunidad cristiana de los hechos sucedidos en pleno siglo XXI.
Muchos son los que opinan sobre lo registrado el sábado en el Campo Santo de la Gruta de Lourdes, donde se conmemoró un nuevo aniversario del dogma de María Purísima, donde fieles criticaron al administrador apostólico Ricardo Morales por las denuncias hechas contra dos sacerdotes, por delitos, tales como abusos sexuales, apropiación indebida y tráfico de estupefacientes.
Vinculados y profesantes de la iglesia estiman que hay que dejar que se aquieten las aguas, que dejen que la justicia proceda.
Pero no todos hablan con reserva. Hay otros que hablan fuerte, como Juan Carlos Claret, quien es uno de los fieles católicos que lideró en Osorno el movimiento contra el obispo Barros, y es quien analiza esta situación que a su juicio era esperable, como también cree que hay que erradicar el encubrimiento, "cultura que se basa en la normalización de defensas a ciegas".
El laico, que reaccionó a la protesta tras el fin de la misa del administrador apostólico este sábado en la tarde, estimó que si "de verdad queremos combatir el encubrimiento debemos estar dispuestos a someter nuestro proceder y lo que consideramos normal a crítica, incluso cuando alguien cercano es el investigado".
De lo contrario, dice Claret se corre el riesgo de perpetuar la dinámica que posibilitó el abuso. Este asegura que el abuso sexual es la manifestación de un contexto violento, donde "la oscuridad sobre los recursos económicos, la desconfigurada información de las confianzas y el uso patológico de la autoridad, hacen que la manifestación sexual de todos esos abusos, llegue".
Además Claret hace tres reflexiones entre los ocurrido en Osorno y Puerto Montt, y en una de ellas dice que aquí "no hay impedimento procesal para los que hechos se investiguen, más aún, cuando es un órgano independiente, como el Ministerio Público, el que está realizando las diligencias", sostuvo el osornino justificando las protestas que hicieron por un hecho con otras características comparado con lo que está ocurriendo al apartar el sacerdote Morales a los diocesanos involucrados.
Experto
En tanto, el sociólogo Gonzalo Reyes, cree que ante el escarnio público, las manifestaciones ciudadanas y su impacto en la iglesia chilena y en el propio Vaticano, han dejado una lección aprendida en la comunidad católica chilena del siglo XXI.
"La gente ya no teme a manifestar su opinión sobre las acciones de la iglesia, es capaz de plantarse públicamente y confrontar lo que no les parece bien. Lo que hace unas décadas atrás probablemente era incuestionable", sostiene.
La supremacía moral de las iglesia -a juicio del sociólogo- hoy se relativiza y deja espacio para estas expresiones sociales de descontento.