Es paradojal e increíble, que en una zona como la nuestra que se precia de turística -o que al menos trata de serlo-, el principal camino que conduce a sus más relevantes y visitados atractivos naturales (como el Parque Vicente Pérez Rosales, el sector de Petrohué y el Lago Todos los Santos), se encuentre convertido en una extensión repleta de cientos de hoyos, barro y pozas, que lo hacen intransitable, incómodo, peligroso y al borde del colapso. Lo que es muy perjudicial materialmente, para sus usuarios, y en cuanto a desprestigio, por el descuido y desidia que implica tener carreteras en condiciones tan deplorables.

Se trata de una antigua falencia, que delata inveteradas carencias de adecuada infraestructura vial en nuestra provincia, que por no estar pavimentada incrementan su deterioro tanto en el invierno como en el verano. Algo que afecta muy directamente, sobre todo, a la industria del turismo. Que es la que necesita de la más óptima conectividad, para facilitar el acceso de los turistas a nuestros principales atractivos de naturaleza, como los parques, lagos, ríos, volcanes, montañas, campos, mar, entre otros recursos patrimoniales y de cultural tradicional.

Si hay algo que se tiene claro en nuestro medio es la extraordinaria importancia del turismo como palanca de desarrollo sicioeconómico y, por lo tanto, merecedor del máximo apoyo logístico y de prioritarias inversiones para su desarrollo. Sin embargo, los hechos están a la vista: rutas destrozadas o semi destruidas, por años… Que más que conducir a algún destino, se alzan como el principal escollo que impide a las visitas conocer lo que -contradictoriamente- más deseamos mostrarles.

Los distintos servicios que deben intervenir en los procesos de desarrollo vial y de conectividad, sobre todo, tienen que coordinarse de la mejor forma posible, para que haya fluidez y eficiencia oportuna tanto en la mantención, como en la restauración caminera. Y así las primordiales rutas turísticas sureñas se encuentren disponibles -siempre- en la más óptima calidad para los turistas y residentes.

Desde antes y después de producirse la división territorial y administrativa de Chile, Osorno aún intenta desprenderse del encadenamiento al que ha estado sometido por décadas y ser sobreviviente de la pugna territorial ejercida entre fuerzas de influencia que, alguna vez, integraron la X Región. Producto de esta fractura regional, que pretendidamente buscaba impulsar la descentralización del país, como una ironía del destino, en los recientes cuatro años se fueron creando polos de poder y no de progreso, impidiendo de paso que esta zona que lidera el mercado agrícola y ganadero de Chile se consolide.

Los ejemplos abundan, no sólo en temas del agro. Hace 88 años la ciudad contaba con dos comunas: Osorno y Rahue. Hoy sólo una, y cuando los rahuinos en este siglo ejercieron el poder de expresarse para recuperar su comuna y su mejor derecho a progresar, los detractores del gobierno de la ex Nueva Mayoría dieron vuelta un referéndum que se organizó entre gallos y medianoche, sepultando las expectativas de un sector populoso, mientras la ex Mandataria autorizaba la creación de dos comunas de extrema pobreza en el Norte, con apenas cuatro mil pobladores. Hace 67 años, la carga judicial de la comuna de Osorno había alcanzado niveles insospechados, lo que promovió una campaña para crear otros dos juzgados y la creación de una Sala de Corte, gestión respaldada por la Barra de Abogados y las autoridades. Esta noticia fue publicada como principal título de portada en el desaparecido diario LA PRENSA, en su edición del miércoles 20 de abril de 1949, destacando que "Se gestionará creación de una Sala de Corte y dos juzgados en Osorno". La iniciativa cobra vida cuando en las últimas semanas una indicación semejante surgió en la región, que de prosperar haría justicia a una zona que lucha por mejorar su condición de segundona. Finalmente, hay un tercer capítulo que ha pasado al olvido, cuando a fines del gobierno Bachelet uno, el intendente Galilea recibió instrucciones para llevar a Osorno las instituciones afines con agricultura, reconociendo su derecho a servir a un sector proveedor de alimentos y ser el centro nacional de la producción de carne y leche.

Harry Jürgensen Rundshagen.

Diputado (RN) de la República. Región de Los Lagos.