El barco y desechos tóxicos 1
Hemos visto en el último tiempo autoridades de diferentes puntos del país, poniendo recursos de protección, y muchos de ellos con justa razón, para impedir el recale y descarga de un buque que podría producir un mayor peligro si no nos hacemos cargo responsablemente del problema.
Creemos que a las autoridades les falta mayor análisis y reflexión frente a estos sucesos. Por ello, debemos ser capaces de enfrentar los problemas y asumirlos con mucha responsabilidad, pues no se trata de un hecho aislado (el tránsito y manipulación de una nave), sino que tiene que ver con una mirada preventiva desde la nefasta experiencia que ya conocemos acerca de las externalidades de la industria salmonera para nuestros ecosistemas y sus comunidades aledañas.
Si bien este barco no cumple con las normas de transporte (según permite inferir la propia resolución que impidió su arribo a Talcahuano), es demasiado vulnerable y riesgoso viajar grandes distancias, donde también existen comunidades aledañas a las costas, igual que nosotros en Puerto Montt.
En nuestras costas, las empresa salmoneras están constantemente transportando mortalidad en el puerto de Oxxean (más de 100 toneladas del actual barco en cuestión) y en Calbuco, por ello nuestra postura pretende ser algo más realista, sin esconderse. Y, además fuera de ser populista, por el bien de todos los habitantes de las costas del país.
Ante esto, es muy importante y necesario exigir un análisis de las opciones que existen y que tenga ser explicado técnicamente, en términos de seguridad, transportes, de salud , el medio ambiente y las vías productivas, para no ser afectadas.
Todo esto debe ser garantizado ante cualquier operación, pues, al menos, esta debe ser la oportunidad (dentro de lo que significa una verdadera amenaza como lo es el Seikogen), de que sentemos precedentes para que las labores productivas se realicen de verdad cumpliendo los mayores estándares de seguridad, tanto para el medio ambiente y su población.
Por los habitantes costeros de Chile y el medio ambiente.
JUAN CARLOS CUITIÑO. Concejal de Puerto Montt.
El barco y desechos tóxicos 2
El ver al gobernador de Chiloé, que no sabe qué responder a la pregunta por qué se autorizó por parte de la Armada la salida del Seikongen de Pilpilehue, sin el conocimiento y sin autorización expresa de la Seremi de Salud y el Sernapesca, según reconocieron los representantes de estas instituciones en la citada reunión, ocurrida el día domingo 5 de agosto en la ciudad de Ancud, cuando el barco ya estaba en dicha ciudad. Esto indica que algunas instituciones actúan por mandato propio y después informan a las otras autoridades. Pero también demuestra que la autoridad política, el representante del Presidente de la República no tiene control, ni es tomado en cuenta en eventos de esta magnitud. Lo anterior demuestra cuál es el espíritu de este gobierno, la despreocupación por el medio ambiente, el ecosistema frágil de esta zona del mundo y la vida humana.
Todo lo anterior deja nuevamente al descubierto que la industria salmonera, en su afán depredador e impositivo, en Chile no tiene regulación. Los armadores reunidos en el gremio de Armasur, que viven homenajeando a parlamentarios y autoridades de este rubro, no se han pronunciado.
El presidente de este gremio, propietario de la flota Cruz del Sur, que convive y genera sus recursos en Chiloé, no se ha pronunciado. Capítulo aparte son los destinos de estos desechos tóxicos… ¿Dónde terminarán?…
Es impresentable que nada de lo ocurrido en la gran crisis del 2016, sirva para tener un plan de manejo en estas eventualidades. Hay que decir que el barco encalló en octubre de 2017 y que, ¿no era más fácil sacar la entonces mortandad de las bodegas en un plazo prudente…? ¿O es que la embarcación no cuenta con las condiciones técnicas para vaciar su carga, si no es por otros medios asistido...? Hoy no pueden las autoridades desconocer su responsabilidad y decir que no existen protocolos para regular estos eventos.
Además, cabe decir que todos los procedimientos de seguridad están garantizados y altamente explicados en las leyes y reglamentos de Salubridad y Salud Laboral, y que la Autoridad Marítima tiene todo esto normado y que la Ley Ambiental también contempla esto.
Lo que decimos es que aquí no hay voluntad política para afrontar esta situación, si no que se está privilegiando el capital de la empresa dueña del barco y de la carga, por sobre los derechos de todas las mujeres y hombres de esta región.
El regalo de este triste espectáculo de la industria salmonera a la Comuna de Puerto Montt, sólo acentúa la inconciencia. Y como pregunta final: ¿Dónde terminarán los caldos tóxicos de la industria salmonera, mientras la autoridad sigue impávida y sin capacidad de reacción?
SANDRA VEGA OYARZO. Partido Ecologista Verde. Regional Los Lagos.