¿Dónde irán residuos ahora?
El pasado 12 de julio de 2018, el Tribunal Ambiental de Valdivia falló a favor de la comunidad rural en Panitao. Se le ordenó a la Empresa San Isidro, encargada de servicios sanitarios para el proyecto Portal del Sur de Pocuro, detener de forma inmediata el vertimiento de aguas "tratadas" en el río Trapén. Hasta el día de hoy, los desechos los siguen arrojando al río sin los permisos al día, siendo toda la comunidad testigo de las nefastas consecuencias del vertimiento.
Estas consecuencias ya habían sido previstas por la comunidad organizada de Chinquihue, Trapén, Panitao Bajo y Panitao Alto. De hecho, se vienen visibilizando hace ya bastante tiempo. Y es que arrojar los residuos a un río sin caudal durante parte importante del año no tenía sentido. Sin embargo, no se iba a lograr dar vuelta la ceguera de una de las inmobiliarias más poderosas del país. Se tuvo que recurrir a la organización y a la institucionalidad, que, en este caso, actuó de forma certera. El incesante esfuerzo de organizaciones vecinales (JJ.VV., Comité de Agua Rural Trachipan y grupos organizados) en las instancias correspondientes tienen hoy a la Sanitaria San Isidro preguntándose qué hacer con los residuos de todas estas viviendas, muchas de ellas ya habitadas. ¿Llegarán al mar? ¿Harán un hoyo y los esconderán junto a los vertederos de salmones sobre los que construyeron sus viviendas? ¿Qué pasará con la gente que hoy habita estas casas? Las respuestas a estas interrogantes son responsabilidad de la empresa. No obstante, a estas alturas resulta evidente que no podemos permitir que proyectos devastadores como este, avancen de la forma en la que lo han venido haciendo; gracias a acciones políticas erróneas, jugando con resquicios legales y moviéndose por intereses empresariales mezquinos. Consiguiendo así permisos de construcción para proyectos que no son serios. Y es que no lo podemos permitir. Es así como llegamos a construcciones al estilo de las que se realizan hoy en Panitao. Se trata de proyectos inescrupulosos, que no otorgan soluciones viales que eviten colapsos futuros dado el flujo vehicular. Que presentan sus construcciones ante las autoridades de forma fraccionada, en etapas, para eludir reglamentos. Que construyen sobre bosque de renoval nativo (casualmente incendiado previo a las obras) y que pretenden arrojar sus aguas "tratadas" a un río que abastece a mas de 7.000 personas, en su mayoría agricultores, además de toda una flora y fauna nativa. Pasando a llevar así a quienes compran a las comunidades que ya habitaban los alrededores y a todo un ecosistema. Es de una irresponsabilidad tremenda.
El freno que el tribunal le pone hoy al proyecto es un avance. Pero no viene a asegurar de forma definitiva la protección del río. Tampoco el cambio de actitud de la empresa hacia la comunidad. Sí nos muestra que el camino es el correcto y que, a futuro, debemos ser capaces de anticiparnos a todo esto de forma organizada. Finalmente, democratizando las ciudades y los lugares en los que vivimos, para que las decisiones sean tomadas con la participación de todas y todos quienes en ellas se vean involucrados. No por unos pocos, muchas veces ajenos al territorio y a su realidad, que ostentan del poder económico. Ahora bien, por más que el camino por recorrer sea todavía muy largo, hoy nos tomamos esta pequeña conquista con alegría. El Proyecto Portal del Sur debe buscar nuevas salidas, dar respuestas y retroceder unos pasos. Mientras, la comunidad rural avanza otros. De esta manera, se escribe un capítulo más de esta pequeña historia que se repite en tantos otros rincones del país. Una historia de lucha y articulación que hace algunos años me tocó ver a mi papá, Steve Anderson, comenzar junto a muchos vecinos y vecinas del sector. A seguir este camino y a no bajar los brazos.
RAY ANDERSON ROSELLÓ. Miembro de la Junta de Vecinos de Panitao Bajo. Puerto Montt.
Recordando el pasado
El 20 de julio de 1988, nació a la vida pública el club de sub oficiales en retiro de la Fuerza Aérea de Chile "Grupo 5 La Chamiza", gracias a las necesidades y el esfuerzo de los socios fundadores y el importante y desinteresado apoyo del señor intendente de la X Región de ese momento, que ahora es su actual presidente honorario (general de aviación don Jorge Iturriaga Moreira). La citada organización fue creada para dar satisfacción a los muchos problemas a los que el personal en retiro de la Fuerza Aérea se ve enfrentado, donde destacan los problemas de salud, previsión y otros que sería muy extenso de enumerar. Este club funciona con aportes mensuales de todos sus socios y es para todos ellos un lugar de encuentro, donde se practica la amistad y el compañerismo, practicado durante tantos años de servicio activo, que con el paso del tiempo necesitan todos aquellos que vestimos el azul aéreo durante gran parte de nuestras vidas.
Al cumplir 30 años, invitamos a todo el personal que se retira de la Fuerza Aérea, a asociarse a nuestro club, ya que en él encontrarán una mano amiga que irá en apoyo a la solución de muchos de sus problemas, participando de la lealtad y solidaridad de sus camaradas, y encontrando en este club su segundo hogar.
HÉCTOR BUNSTER QUEZADA. Socio fundador y ex presidente.