El reportaje de TVN "Las dudas sobre el caso de Nabila Rifo" (2017) no sólo terminó exponiendo una investigación pobre para condenar a Mauricio Ortega, "expertos" como Vivian Bustos que intentaron patéticamente de tapar la cámara con una bolsa ante las consultas sobre su irresponsabilidad a la hora de afirmar -contra los peritajes de Labocar- la culpabilidad del imputado.
También mostró que el tribunal, contra las afirmaciones de testigos directos y las pruebas de ADN que mostraban a un atacante desconocido, no permitió que la víctima respondiera preguntas directas, para no "ofenderla". Así condenaron a la persona. Y en TVN, Paulina de Allende, valientemente, cuestionó el ambiente que envolvía el caso, las flaquezas manifiestas de los procedimientos y planteó la pregunta: ¿cómo puede ofender a alguien buscar la verdad?, exponiendo la pobreza institucional que, Dios nos libre, puede terminar afectando a cualquiera de nosotros el día de mañana.
En un giro atentatorio a la libertad de expresión y abusando de su poder administrativo, el CNTV -el mismo que nunca ha censurado programas infantiles llenos de violencia-, adoptó la misma postura populista y a partir de los reclamos recibidos decidió que había que sancionar a Informe Especial con 100 UTM de multa ($4.669.200 hoy).
Lo que significa que funcionarios públicos del CNTV, más allá de la Constitución, son los que deciden en definitiva lo que los periodistas pueden emitir o comunicar o, en su extensión, lo que está permitido mostrar al público, que queda restringido de ver contenidos. En plena democracia, estos funcionarios públicos, encabezados por Óscar Reyes, nos devuelven a la época de la Dinacos.
Y esta gente, con una ignorancia abismante, no sabe que los periodistas están justamente para "ofender": lo hicieron para la corrupción del MOP Gate, para el "davilazo", para los sobresueldos, para el actual robo en Carabineros, para las torturas y desapariciones de personas o para el caso Huenante, entre otros. Como el CNTV se excedió, la Corte de Apelaciones de Santiago anuló la sanción aplicada y descartó sensacionalismo o truculencia de la estación televisiva. En tanto, me parece exigible que este ataque a un medio de comunicación y a una colega tenga de parte de alguno de nuestros parlamentarios la búsqueda de responsabilidades en el CNTV, hoy convertidos en representantes del oscurantismo interesado e ignorancia. La prensa debe ser libre. Si alguien se ofende, están los tribunales.
Sergio Velásquez Aros, presidente Colegio Periodistas Región de Los Lagos