Desconstruir para construir
En el mundo del consumo, quedar obsoleto es un fantasma recurrente. Más cuando ejemplos como Netflix o Spotify han sido capaces de "lapidar" industrias masivas que parecían imbatibles.
No cambió el fondo, pero sí la forma de relacionarnos con productos que usamos a diario. Bajo esa lógica, ¿qué pasa con las viviendas?
A simple vista casi nada. La industria sigue vendiendo casas y departamentos, tal como en sus inicios, pensando que conceptos como "finas terminaciones" y "ubicación privilegiada" marcan la diferencia. Pero, si las familias ya no son las mismas que antes y ya no vivimos como hace 20 años, ¿seguimos necesitando el mismo tipo de producto bajo el mismo slogan? Quienes vendemos viviendas, vendemos habitabilidad. Una promesa que debiera traducirse en un proyecto que identifica e interpreta a su consumidor.
¿Cómo? Diseñando desde el habitar para evitar fricciones, a estas alturas, casi históricas. Seguimos diciendo que metemos a todo el mundo en la cocina, pero seguimos diseñando cocinas con cuatro paredes y una puerta. Seguimos creyendo que tenemos nanas puertas adentro, pero no tenemos, entonces ¿por qué hacemos dormitorios de servicio? ¿Por qué los quinchos están afuera si hacemos asados todo el año? ¿Por qué construimos casas con 3 dormitorios para niños si en promedio los chilenos tenemos 1,9 hijos? En este proceso de diseñar según el estilo de vida de las personas, los espacios, sus límites y sus usos, han debido repensarse para luego redefinirse. A esto llamamos "deconstruir el habitar".
Ya no basta seguir transformándolos por dentro, hoy apuntamos a su esencia y su concepción. Si la vida es flexible y, por ejemplo, la cocina hoy se usa para estudiar, conversar, recibir amigos, comer y obviamente cocinar, ¿por qué no hacer del living-comedor-cocina, un gran espacio social?
Para hablar del futuro de la industria, debemos dejar de seguir enamorados del pasado. Si pensamos que podemos extender lo que venimos haciendo hace cinco años por los próximos 5, no hemos aprendido nada. Adaptarse, adaptarse y adaptarse, una máxima que hace la diferencia entre una historia a corto, mediano y largo plazo.
VALERIA GOTI. Gerente Comercial SOCOVESA.
Casino de juegos
Con motivo de la visita de familiares de Iquique, fui invitado al Casino de Juegos de Puerto Varas, al cual no había asistido por varios años.
Al ingresar a este local, después de cancelar la entrada, tuve la desagradable experiencia de que un guardia con un detector de metales me revisara y me hiciera mostrar todo lo metálico que normalmente llevo conmigo. Para mí que no soy habitué de ese establecimiento, me pareció denigrante esta situación y considero una aberración que por un hecho de sangre ocurrido en un casino en Santiago, que es algo completamente fortuito, se adopten medidas así.
Seguramente, para quienes disfrutan esta clase de entretención acepten esto como normal; pero para muchos turistas debe ser motivo de asombro.
Me contaban mis parientes que viajan a la ciudad de Tacna, en Perú, donde hay cinco casinos y en los cuales, además de no cobrar por la entrada, ofrecen a los asistentes tragos y entremeses gratuitos.
ALDO FORNO BAS.
Fatal arrogancia
Hace una semana, los senadores oficialistas Ignacio Walker, Andrés Zaldívar y Carlos Montes, junto al independiente Pedro Araya, ingresaron un proyecto de ley que busca postergar en un año la actual obligación de los colegios particulares subvencionados, establecida en la ley 20.845, de convertir su personalidad jurídica en una sin fines de lucro.
De prosperar esta iniciativa, sería la segunda modificación realizada al cuerpo legal que entrase en vigencia en marzo de 2016. La primera modificación fue realizada a comienzos del presente año mediante la ley 20.993.
Los hechos señalados entregan bastante sustento a quienes comprenden que no son el poder ejecutivo ni el legislativo los llamados a erigir los sistemas escolares.
Quienes creen que mediante reuniones en oficinas de un ministerio o que pagando ingentes sumas de dinero por informes copiados de Internet, podrán construir un sistema escolar de excelencia, yerran y dejan en evidencia su pueril intelecto, para el cual sólo es concebible el orden como el resultado de un arreglo premeditado, siendo absurdo que las comunidades escolares, mediante sus infinitas interacciones, puedan garantizar de una manera mucho más eficaz un sistema escolar libre, de calidad, contribuyente al desarrollo del país.
IVÁN M. GARAY PAGLIAI. Director Ejecutivo Cheque Escolar.