En el marco de la protección global ambiental oceánica y su fauna -ante la alarmante transformación del mar en un gigantesco contenedor de basuras- los países ribereños, entre ellos el nuestro, paulatinamente van tomando conciencia de ese riesgo y adoptan las medidas necesarias para frenar esa tragedia de la contaminación marítima.
Es el caso de Chile, donde mediante un proyecto de ley, en trámite, se prohibirá la utilización de las bolsas plásticas en las comunas costeras del país, entre ellas la de Puerto Montt; aunque ya hace un año esta iniciativa, al impulso municipal, ha ido madurando a nivel local tanto en esta capital regional como en el vecino Puerto Varas. Así como también esta norma se ha estado aplicando desde hace un par de años en zonas extremas como la Patagonia.
El anuncio presidencial tuvo una buena acogida en el liderazgo puertomontino. Hay conciencia del enorme daño ambiental causado por el indiscriminado uso de las bolsas plásticas, que hay que cambiar por reciclables. Y existe consenso en el imperativo de intensificar la promoción pública de esta realidad.
Es tan grave el impacto del plástico -según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente- que para el año 2050 los océanos tendrán más plástico que peces y cerca del 99% de las aves marinas lo habrá ingerido. Y se estima que hoy más del 60% de las especies del mar tienen rastros del material en sus intestinos.
Urge erradicar las malas costumbres contaminadoras, que en Puerto Montt son evidentes a través de la suciedad que presenta su borde costero. Lo que sobre todo se comprueba con las bajas mareas, que dejan a la vista toda clase de desechos provenientes de la irresponsabilidad medioambiental. Sin embargo, hay que reconocer también los esfuerzos positivos por cambiar esta situación de parte de la Armada y de la industria salmonicultora, a través de periódicos programas de aseo en sectores ribereños con la participación de estudiantes y vecinos. Lo que, al mismo tiempo, contribuye a la formación de la conciencia ecológica que tanto hace falta.