La música clásica, que tanto le apasionó y divulgó a través de los micrófonos radiales, se silencian por algunos instantes, y los puertomontinos que admiraron su valentía y ganas de vivir, enlutan sus corazones. Ha fallecido el querido y apreciado locutor porteño y comunicador radial no vidente Héctor Pérez García, quien en vida fue un verdadero monumento de grandeza humana, fuerza de superación, paladín cultural y apóstol de fe cristiana.
Perdió la vista en un accidente en El Tepual en 1960, tras haber ingresado un año antes a la FACh en Puerto Montt. Fueron años angustiantes para él. Pero su temple aguerrido, más el decisivo apoyo de su esposa Norma, vigorizaron y levantaron su ánimo. Siempre dijo de ella: "Dicen que yo deslumbro, pero es Norma la que alumbra". Aliento que le abrió los ojos del espíritu, con tal fuerza, que comenzó a empaparse de los arpegios de la música clásica y coral, y no fue extraño que en 1981 la familia Salinas le invitase a hacerse cargo del programa "Diálogos con la Música" de Radio Coral FM, que fue todo un clásico radial.
En 1998, a instancias del Arzobispado local, llegó a Radio Belén, para conducir espacios como el pastoral "Hosanna" y los "Conciertos en Miniatura". Donde su natural simpatía y grato timbre de su voz, unidos a un admirable acervo intelectual, lo convirtieron en un incomparable líder cultural y de la música docta, que él -con su sencillez y claridad mental- acercó a todos los radioescuchas.
Sin embargo, como en tantos casos, este gran prócer de valentía y ganas de vivir, Héctor Pérez García, que -pese a sus limitaciones visuales- aportó grandemente al desarrollo cultural puertomontino y que fue señero ejemplo de resiliencia (valor y voluntad para levantarse ante la adversidad), no fue objeto del merecido reconocimiento de su entrañable Puerto Montt. Sin embargo, en 2013, con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones, el arzobispo monseñor Cristián Caro le concedió el Diploma San Francisco de Sales, en gratitud a su aporte a la comunidad en el ámbito comunicacional.
Lo importante es ver al Señor. ¿No es así Héctor?