Gratitud venezolana
Tengo a bien dirigirme a ustedes, agradeciendo el apoyo que siempre brindan a la comunidad extranjera que mora en esta ciudad, especialmente a la comunidad venezolana. Como bien se sabe, Venezuela transita por situaciones políticas, sociales y económicas que han obligado a más del 10% de la población busque espacio en otras latitudes. Quien redacta estas líneas es un exiliado económico que busca mejores espacios, al igual que nuestros coterráneos. La misiva de esta carta está orientada a pedir que por favor se revise un texto que apareció en el diario el día sábado primero de abril del corriente, pagina 10 de internacionales, titulo "Venezolanos residentes en Pto Montt están inquietos por crisis en su país", redactado por Francisca Bustos Leal; allí sólo se anota parte de un todo que expresé. A modo de aportar, quiero manifestar lo siguiente:
Soy un profesional exiliado económicamente, porque las políticas aplicadas en mi país natal no cubren los requerimientos mínimos de seguridad, salud, y desarrollo humano, como debe ser.
Mi país se ha sumido en la miseria y en el maltrato del pueblo por parte de una dirigencia enloquecida. No se encuentran alimentos, no hay medicinas, el dinero no alcanza, la inseguridad es alarmante, no hay visión de desarrollo, la sociedad tiende a manifestar desórdenes psicológicos por altos niveles de estrés, hay represión a quien emita criterios distintos, hay aprovechamiento, corrupción, desorden y destrucción del país más rico del mundo, administrado por mentes no aptas para lograr su desarrollo como todos quieren en su país.
Bien es cierto, que todo lo que realiza la casta política actual lo desarrollan en torno al marco constitucional; incluso, en nuestra carta magna el Presidente de la República puede abolir a la Asamblea Nacional dentro de sus facultades. Esto hace que las medidas sean legales, pero realmente no son justas. Hubo un pueblo que se manifestó a través de la elección popular y escogió a sus representantes a la Asamblea Nacional en diciembre de 2015. Fue una decisión soberana y eso hay que respetarlo, porque es la decisión de un pueblo, y así es la democracia. Al igual que muchos venezolanos, estuve preñado de ilusiones y trabajé en consecuencia para tener un mejor país, desde el espacio que consideré correcto. Hoy día, manifiesto mi postura crítica ante aberrantes fenómenos. No estoy de acuerdo en que una casta política y escasa se robe el dinero de un país y se den la vida de reyes que tanto critican. No apoyo el insulto al pueblo con unas cajas de alimentos llamadas CLAP, que en realidad es un robo a la nación y entregan productos alimenticios deprimentes a nuestra gente; incluso algunos vienen en estado de descomposición. No estoy de acuerdo con la corrupción, el vandalismo político, el aprovechamiento ilícito de los recursos de todos. No estoy de acuerdo con aislar a nuestro país en un suicidio económico que no lleva a ningún puerto seguro. No estoy de acuerdo con prostituir a nuestro país, generando odio, discriminación y hasta prostitución política a través de un método perverso llamado el "Carnet de la Patria". Estoy en contra de cualquier medida que impida la emancipación de los pueblos, la liberación del ser humano y el desarrollo sostenible. Siempre mantendré una postura digna, firme y positiva sometida a la voluntad de los pueblos, luchando en todo momento contra el opresor, sea quien sea. Brindo mi apoyo incondicional, solidario y humanista para todo aquel ser humano que lo necesite, sin distinción de raza, credo, religión o estamento político.
Finalmente, agradezco la oportunidad que nos han brindado ustedes, los hermanos chilenos, para poder hacer la vida que nos han robado en nuestras tierras, estoy con la máxima disposición para desarrollar su patria. Estoy convencido que los venezolanos que estamos en estas tierras no daremos descanso a nuestras almas hasta haber liberado a nuestra amada Venezuela de las cadenas que hoy día la consumen en el abandono, la humillación, la desidia y la desigualdad.
JOSÉ FERNANDO MOROS. Venezolano residente en Puerto Montt.
Libertad y oportunidad
Muchas veces nos vemos obligados a repensar lo que hemos vivido, a pesar de todo, debemos de ser capaces de tomar lo bueno y forjar nuestro temple ante lo adverso.
La vida no es fácil; sin embargo, es muy bella y corta para estar amargados. Muchas veces, debemos tener consciencia de las ventajas que representa nuestro país, en que a pesar de todo, vivimos establemente, hay libertad y un ejercicio del Estado de Derecho (que podría ser mayor).
Muchos vienen a buscar esa libertad que genera oportunidades, ellos nos cuentan historias de sacrificio y cuanto dejaron atrás. Quizás deberíamos escucharlos más seguido y valorar lo nuestro.
FRANCISCO SÁNCHEZ. Historiador.